Los propietarios y trabajadores de bares y restaurantes en Barranquilla han calificado como 'una luz al final del túnel' la decisión del Gobierno nacional de autorizar la venta de bebidas alcohólicas en dichos establecimientos comerciales.
Ad portas de cumplirse un mes de haber anunciado el aplazamiento de la reapertura de las puertas de sus locales debido a la restricción para la venta de licor, el gremio ya avanza en la implementación y validación de los correspondientes protocolos de bioseguridad.
Jorge Barrios, presidente de la Asociación de Comerciantes Nocturnos de Barranquilla (Asonocturnos), indicó que se encuentran realizando las correspondientes revisiones del decreto para definir los establecimientos que se postularán al piloto en la capital del Atlántico.
'El Gobierno fue enfático en que los establecimientos que no cuenten con la infraestructura no podrán participar. Por eso estamos revisando que locales cumplen con las especificaciones físicas y con los recursos para volver a abrir', expuso Barrios a EL HERALDO.
El líder gremial también indicó que las restricciones para el baile son consecuentes con el actual panorama del país ante la propagación de la Covid-19: 'Las personas son conscientes de la situación y no permitir el baile no es un capricho, es una medida para mantener el distanciamiento. Por algo debemos empezar, tenemos que adaptarnos a esta nueva realidad'.
Para Robinson Albor, propietario del Rancho Currambero, era un aval que 'estábamos esperando', puesto que se constituye en una especie de 'alivio' luego de varios meses de cierre.
'Ya estamos adelantando todas las adecuaciones para que la clientela cuente con todas las condiciones de higiene y calidad. La idea es empezar a trabajar con los nuevos lineamientos', sostuvo Albor.
A su turno, Jorge Morales, socio de El Búnker Social Club, sostuvo que la venta de licor se debe 'administrar de forma responsable' en los establecimientos comerciales, con el fin de que los clientes tengan un comportamiento adecuado.
'La cuarentena nos obligó a replantear nuestro comportamiento social y en esta nueva etapa se debe tener un control exhaustivo para que se cumplan los protocolos', expuso.
Por su parte, Donnys Álvarez, administrador de una discoteca de la ciudad, expuso que este nuevo panorama es muy positivo: 'Tenemos una gran responsabilidad y es relacionado con el cumplimiento de los protocolos de forma correcta, para no tener que volver a cerrar'.
Mientras que Carlos Guerra, gerente administrativo de Henry’s, expuso que el consumo de licor en bares ha dejado de estar ligado al concepto de embriaguez a convertirse en 'parte de la experiencia'.
'Hay que tener moderación e imponer límites en esta una nueva etapa, que se convierte en el principal reto para nosotros como establecimientos', dijo.
EL HERALDO consultó al Distrito de Barranquilla sobre la implementación de los nuevos lineamientos y se indicó que se avanza en la revisión de las implicaciones del decreto nacional para así definir los aspectos que serán permitidos en la ciudad, en el marco del proceso de reactivación económica.
Según cifras de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), el licor representa cerca del 40% de las ventas en restaurantes, el 50% en gastrobares, el 85% en bares y el 100% en discotecas.