Diez internos muertos y 38 más heridos. Este fue el trágico saldo de una noche de horror, una noche de lunes que se salió de control en el centro carcelario La Modelo de Barranquilla, por una rencilla entre reclusos que se negaban a abandonar el pabellón B, o también llamado pabellón Social, el cual alberga a los capturados por delitos comunes.
Fue a las 8 p.m., cuando los guardianes del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario, Inpec, que custodiaban a los más de 700 presos de este punto de la vieja cárcel, dieron aviso a la Policía Metropolitana sobre el 'altercado' ocasionado por unos internos a los que ellos mismos llamaron ‘los Satánicos’.
De acuerdo a información salida desde las entrañas del penal, fueron los apodados ‘los Satánicos’, un grupo de al menos veinte reclusos, los que se revelaron contra otros compañeros de patio, situación que primero provocó un duro choque —hecho que funcionarios del Inpec intentaron controlar con una bomba de aturdimiento— y luego derivó en el vasto incendio que fue alimentado con colchonetas, cartones y trapos. Otros presos coinciden en que‘ los Satánicos ’prendieron sus pertenencias para tratar de aplacar el humo del artefacto lanzado por los guardianes.
Al parecer, lo que motivó la gresca fue la solicitud hecha por los internos que 'no querían ver más a ‘los Satánicos’ dentro de sus cuatro paredes', después de que estos se ensañaran contra un colaborador del penal que había denunciado una caleta de alucinógenos, al parecer, propiedad de ellos.
Unos diez minutos después de que se generaran las llamas empezó el caos. Sirenas aturdían. Las luces azules y rojas de ambulancias, patrullas policiales y máquinas de Bomberos, iluminaban la entrada principal del reclusorio.
A las 8:30 p.m., los bomberos entraron hasta el sitio de la conflagración con sus potentes mangueras. En la puerta del recinto, un funcionario del Comité Local para la Prevención y Atención de Emergencias y Desastres, Clopad, gritaba una y otra vez desde su radio de operaciones 'manden a todas las ambulancias que tenga Barranquilla, mándelas. Que traigan mucho oxígeno, mucho oxígeno'.
Un total de 42 internos fueron evacuados por vehículos de rescate, que, a su vez, eran custodiados por la Policía.
Respiro. Tres horas después, a eso de las 11:30, la emergencia fue controlada. Bomberos salieron del recinto y, en medio de un visible agotamiento, quedaron tendidos en el piso. Hubo un respiro, sin embargo, la difícil situación no paró allí.
A la cárcel llegaron las autoridades distritales en busca de un parte sobre lo ocurrido. La alcaldesa Elsa Noguera, además de lamentar la muerte de los internos, pidió al general José Vicente Segura, comandante de la Policía Metropolitana, el balance de los afectados.
Por otro lado, secretarios de las administraciones Departamental y Distrital coordinaron la ubicación de los presos lesionados en los distintos centros asistenciales de la ciudad. Así entró la madrugada.
A las 2 a.m. de ayer, el personero distrital Jaime Sanjuán ingresó al penal para escuchar a los internos, labor que se extendió por unos veinte minutos y finalizó con un mensaje de que 'los internos no dejarán realizar las diligencias de levantamiento de los seis cadáveres que quedaron dentro del patio, en el sentido de que piden el ingreso de los medios de comunicación'.
Casi a las 2:40 hizo su arribo a la Modelo el director nacional de Inpec, el general de la Policía Saúl Torres Mojica, para evaluar el saldo de la tragedia. Llegó acompañado del gobernador del Atlántico José Antonio Segebre, quien también venía de Bogotá. En ese mismo lapso, empezaron a retornar algunos de los internos que resultaron lesionados levemente y ya habían sido atendidos. Sus llegadas coincidieron con el ingreso a la cárcel de un grupo de choque del Inpec armado hasta los ‘dientes’ que, al parecer, llegó procedente de Cartagena.
Después de una reunión extraordinaria en la oficina de dirección del centro carcelario, hacia las 5 de la mañana el general Torres Mojica se dirigió a los medios de comunicación. El alto oficial confirmó algunos detalles que horas antes habían salido del reclusorio.
'Es una situación lamentable que se registra por problemas entre internos durante el día. En los controles permanentes a los patios realizó algunas incautaciones. Esto parece que ocasionó una reacción entre grupos al interior del patio, entre personas que tienen algunas diferencias. Se trenzaron en una riña que la guardia trató de controlar utilizando algunos gases lacrimógenos que se utilizan de acuerdo a unos protocolos de seguridad, con el desenlace posterior de que ellos incineraron algunos colchones que utilizan para dormir, se generó una conflagración en el patio, y por la gran cantidad de personas que había allí no las lograron evacuar'.
Tras la intervención del alto oficial, alrededor de ocho peritos de la Sijín ingresaron a la cárcel a realizar las diligencias de levantamiento que estaban suspendidas por el mismo bloqueo de los internos.
Ya a las 6:30 de la mañana, salió la unidad de levantamiento y al mismo tiempo lo hizo el grupo de choque del Inpec. La calma llegó dentro del penal, más no para los alrededores donde apenas empezaban a llegar masivamente los familiares de los presos que querían saber detalles de la tragedia.