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Con el paso de las horas se van conociendo nuevos detalles del robo ocurrido la mañana del sábado a un punto de pagos y servicios situado al interior del centro comercial Miramar, en el norte de Barranquilla.

EL HERALDO obtuvo una imagen del falso cinturón-bomba que usaron los tres delincuentes para aparentemente engañar a la empleada del local comercial con el fin de que entregara $50 millones que tenía en la caja fuerte.

La Policía indicó que el supuesto artefacto explosivo terminó siendo solo un cinturón de cuero negro con pilas doble A que estaban pegadas con plastilina. Sin embargo, esta trama de la supuesta amenaza de bomba sirvió para desviar la atención de la vigilancia del centro comercial y de las autoridades, que se centraron en los protocolos de evacuación de los clientes y en el llamado de los organismos de rescate.

En la imagen se aprecia que los individuos pegaron las pilas y la plastilina con cinta aislante negra y también usaron un cable rojo grueso en forma de espiral, al parecer, para darle más realismo al invento.

Paralelo a esto, además se conoció el informe que tomaron las autoridades policiales a la supuesta víctima del hurto, identificada como Giselle Paola Vargas, de 24 años.

Esta manifestó a los investigadores que cuando esperaba una buseta en la calle 68 con carrera 23 del barrio San Felipe, fue abordada por tres sujetos que vestían 'uno camisa roja, uno camisa verde y el otro camisa color azul'.

La joven además dijo que los individuos la hicieron montar a la fuerza a un automóvil color gris, pero no alcanzó a ver las placas.