El Gobierno federal de Estados Unidos que preside Donald Trump contempla un aumento de casi el doble de muertes por el COVID-19 para la primera semana de junio hasta alcanzar los 3.000 fallecidos, frente a la media de 1.750 que se registra hoy, según el modelo de proyecciones con el que trabajan los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por siglas en inglés).
Según documentos oficiales a los que ha tenido acceso el diario The New York Times, el Gobierno federal también estima que las cifras de nuevos casos ascenderán a 200.000 diarios para finales de este mes, unos 25.000 casos más que los que se contabilizan actualmente.
'Queda una gran cantidad de condados cuya carga continúa creciendo o están en un lugar elevada de incidencia, como la región de los Grandes Lagos, partes del sudeste, noreste y alrededor del sur California', señaló el CDC en su documento.
En el informe también se detalla que las tasas de incidencia del virus continúan disminuyendo en múltiples condados, también en las zonas más afectadas como Louisiana y en la región de la ciudad de Nueva York, aunque se expresa preocupación por si la reapertura de la economía podría suponer la vuelta de Estados Unidos a los niveles de mediados de marzo, cuando el número de casos colapsó el sistema sanitario, especialmente en grandes núcleos poblacionales como la ciudad de Nueva York.
En este sentido, algunos estados que ya han comenzado su reapertura económica continúan con sus estadísticas de infección del virus en fase ascendente, como Iowa, Minnesota, Tennessee o Texas.
Por su parte, Donald Trump indicó ayer en una entrevista con Fox News que las muertes en Estados Unidos podrían pronto alcanzar las 100.000, el doble de lo que él mismo había previsto hace tan solo dos semanas. Hasta el momento, Estados Unidos cuenta con 1.161.805 casos positivos por COVID-19 y unas 67.798 muertes, mientras que 180.303 personas se han recuperado, según datos de la Universidad Johns Hopkins.