El mandatario Donald Trump se pronunciará el martes sobre la suerte de los llamados 'Dreamers', presionado para mantener un plan migratorio de la era Obama que permitió que cientos de miles de jóvenes llegados a Estados Unidos sin papeles se integraran legalmente en la sociedad.
'Amamos a los 'Dreamers', amamos a todo el mundo', dijo el presidente el viernes desde el Salón Oval, sin dar más pistas sobre su decisión.
El futuro del plan Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) se conocerá el martes, anunció poco después la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders.
'Las prioridades del presidente en materia de inmigración son crear un sistema que fomente la inmigración legal y beneficie a nuestra economía y a los trabajadores estadounidenses', subrayó en rueda de prensa.
Trump está bajo la creciente presión de empresarios y la oposición, pero también de políticos de su partido y organizaciones sociales para no derogar el DACA.
Creado en junio de 2012 por su predecesor demócrata Barack Obama, el plan busca sacar de la clandestinidad a quienes ingresaron ilegalmente al país con menos de 16 años y desde entonces ha favorecido a cerca de 800.000 personas, según cifras oficiales.
- El costo de la informalidad -
Ejecutivos de varias decenas de grandes empresas estadounidenses, desde Amazon hasta Apple pasando por Facebook, Microsoft, eBay y General Motors, advirtieron contra el impacto económico de devolver a la informalidad a tantas personas que pagan impuestos.
Estos jóvenes 'perderían la posibilidad de trabajar legalmente en el país y estarían expuestos al riesgo de deportación. Nuestra economía perdería 460.300 millones de dólares del PIB nacional y 24.600 millones de contribuciones fiscales al sistema de seguridad social', indicaron en una carta.