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Por Juan Rincón Vanegas

Especial para EL HERALDO

El domingo 26 de mayo de 1957, día de San Felipe de Nerí y Santa Mariana de Jesús, nació Diomedes Díaz Maestre, en la finca Carrizal, jurisdicción de La Junta, municipio de San Juan del Cesar (La Guajira).

El mismo niño a quien el notario Nelson Urbina Daza, al llenar los requerimientos del documento en el Libro 8, Folio 525, en un lapsus escribió de su puño y letra que era de sexo femenino. Nadie se percató, y así quedó firmado por el propio notario y por Rafael María Díaz Cataño y Elvira Antonia Maestre Hinojosa, los padres del que tiempo después se convertiría en El Cacique de La Junta, como lo bautizó el también fallecido cantante Rafael Orozco.

Diomedes, cuyos padrinos fueron Joaquín Elías Acosta y Amira Mejía, desde la hora de nacer llamó poderosamente la atención. Nació con los ojos abiertos entre cantos de aves y misterios de lechuzas, como lo reseña en un amplio relato el escritor Hernán Gutiérrez Hernández.

—¡Apúrese que la cuestión es pa’ ya! —dijo Perna Hinojosa—el emisario que llevó la razón del parto de Elvira hasta el pueblo de La Peña— lugar donde esa noche parrandeaba Rafael, quien de inmediato dispuso el regreso, llevándose de paso a la mejor partera de la región, quien era bisabuela de la criatura a nacer.

En el trayecto no hubo contratiempos graves, salvo el susto colectivo ocasionado por una lechuza que se estrelló con el cuerpo de la partera la cual viajaba en 'una yegua mansa'. Eso hizo que ella en medio de la oscuridad se involucrara en sus creencias religiosas acompañadas de hechicerías y mal agüeros. Como pudo sostuvo la rienda de la bestia con una mano y con la otra agarró el crucifijo que llevaba en una mochila junto con los elementos medicinales para el oficio. Enseguida, ordenó suspender el recorrido mientras rezaban los 15 misterios de la Virgen, después de cada Padre Nuestro y 10 Aves María.