¡ImPARAbles! Así han sido catalogados los atletas paralímpicos colombianos que representaron con grandeza al país en las justas deportivas que concluyeron el fin de semana en Tokio.

La dedicación, el sacrificio, el esfuerzo, la preparación y la decisión de estos deportistas derribaron cualquier obstáculo sujeto al plano físico para imponer su calidad emocional y mental y ponerla al servicio de sus sueños, esos que terminaron contagiando a un país que –para ser honestos– poco acostumbra a seguir de cerca y exaltar el trabajo de estos atletas que con orgullo hicieron ondear el pabellón tricolor en 24 ocasiones en los podios de la capital japonesa, y en tres de ellas que sonaran las notas del himno nacional al obtenerse la presea dorada.

Nunca olvidaremos las imágenes de Nelson Crispín, José Gregorio Lemos y Carlos Serrano en el cajón más alto del podio, con sus medallas de oro colgadas al cuello y una enorme sonrisa que refleja el tesón de un puñado de 69 deportistas – el total de la delegación colombiana–, que por encima de las condiciones de discapacidad impusieron su poderío y pundonor deportivo, convirtiéndose en ejemplo para todos los colombianos.

Son muchos logros para destacar tras el final de los Juegos Paralímpicos Tokio 2020.

Lo primero es el crecimiento del número de paratletas que viajó: 69. En Río-2016 hicieron presencia 39.

A pesar de la pandemia y las dificultades para entrenar más deportistas lograron clasificarse a las competencias.

Lo segundo es la cosecha en medallería: pasamos de 17 a 24 en relación con los juegos realizados en Brasil (oro: 2 a 3; plata: 5 a 7; y bronce: 10 a 14).

¡Una participación histórica¡ No cabe duda alguna. Siempre habrá críticas a la atención que recibe el deporte en Colombia, y particularmente el paralímpico. A medida que avanzamos en participación y en resultados se demandará mucho más. Por eso desde ya el mensaje que con sus logros dejaron los atletas en Tokio-2020 es que el deporte, junto a la educación, es de las mejores inversiones a las que gobierno alguno puede apostar para transformar vidas, para generar unidad, para generar desarrollo, para construir futuro.

La creación del Ministerio del Deporte fue un gran paso para consolidar el crecimiento que como nación ha tenido Colombia en la participación y organización de grandes eventos deportivos. La apuesta tiene que crecer. Los deportistas olímpicos y paralímpicos tienen que multiplicarse en un territorio en el que lo que sobra es talento y deseos de superación. El deporte es un vehículo para alcanzar sueños y contar con la mejor financiación estatal tendrá que permitirles a miles de jóvenes elegir el deporte como una opción de vida.