El calendario marca que hoy es sábado 26 de julio, día en que por primera vez Barranquilla se estremecerá por completo al ritmo del inmortal Álvaro José Arroyo González, para rendirle un tributo que ya era merecido: el Día del Joe Arroyo.
Se trata de un acto de justicia cultural con quien hizo de esta ciudad su “patria chiquita”, su rincón favorito en el mundo, para darle rienda suelta a su ‘musa original’, esa que generalmente le llegaba de noche y que este cartagenero traducía en letras y sonidos para crear verdaderas joyas de la música tropical.
Por medio del Decreto 0679 del 27 de julio de 2024, la Alcaldía Distrital oficializó esta jornada de homenaje perpetuo, decretando que cada 26 de julio se exalte la memoria y el legado de este hijo adoptivo de Barranquilla que desde Montecristo y Barrio Abajo tuvo un punto de partida para crear su propio ritmo, el Joeson, enriqueciendo así el alma de la salsa, el chandé, el porro y la cumbia, tras combinarlos con otros ritmos del Caribe como el reggae y la soca.
Y es justamente en Barrio Abajo, donde este sábado se vivirá una jornada cargada de historia y memoria. Las calles que alguna vez el Joe recorría de noche en búsqueda de nuevas ideas volverán a sentir sus pasos. Desde las 4:00 p. m., una experiencia inmersiva y un recorrido guiado llevarán a sus seguidores por los rincones donde su espíritu aún vibra. La casa que inspiró una canción como Tumbatecho y las historias que solo su gente conoce serán protagonistas.
Este evento, además de homenajear al ‘Centurión de la Noche’, terminará convertido en una causa benéfica, ya que busca recaudar fondos para recuperar la fachada del Castillo del Tinti, ese lugar en el que alguna vez también vivió el Nobel de Literatura colombiano Gabriel García Márquez cuando tenía 12 años de edad.
El Joe no fue solo un cantante. Fue un renovador del sonido afrocaribe, un rebelde del ritmo, un compositor que convirtió la cotidianidad, la historia y el alma negra de América en canciones que aún retumban por todo el continente. Su obra traspasó fronteras, siendo muy admirado en el exterior, al punto de ganarse el apelativo de ‘El Sonero de América’, siendo un historiador rítmico que narró el dolor de la esclavitud en Rebelión, la magia de una ciudad en el tema En Barranquilla me quedo y la identidad afrocaribeña con la fuerza del tambor.
El Centro Cultural La Cueva, testigo del alma bohemia de esta ciudad, también se suma a la conmemoración con lo que mejor sabe hacer: música, baile y alegría. La agrupación Sabor de Quilla hará vibrar sus paredes con sus éxitos inmortales a partir de las 7:00 p. m.
La primera celebración del Día del Joe coincide con los 14 años de su partida física. Además, este año hay un hito especial: el próximo 1° de noviembre Joe cumpliría 70 años de vida, una cifra redonda para un legado que se aviva en cada estadero, picó y esquina donde suena una de sus canciones.
Para conmemorar este nuevo natalicio del ‘Rey del Congo’ se está planeando la creación de un museo en la residencia ubicada en la carrera 38 con calle 80B, esa en que el músico habitó junto a su esposa Mary Luz Alonso.
Sus hijas Eykol y Nayalibe quienes lideran la Fundación Joe Arroyo, están trabajando en la obtención de fondos y en el diseño del espacio en el que se exhibirán objetos personales y se ofrecerá un recorrido por la historia del artista más vendedor de la música tropical colombiana. Este proyecto cuenta con el apoyo de la Secretaría de Cultura, que ve en estas iniciativas una forma de acercar la figura del músico a las nuevas generaciones y visitantes de la ciudad.
Joe fue grande porque cantó lo que otros callaban, hizo visible lo que otros ignoraban, y siempre lo hizo con ese sabor que nace desde lo más profundo del Caribe. Hoy hay que decir que su ‘Rebelión’ no fue solo un éxito, fue un grito de orgullo racial y un acto de dignidad que artistas colombianos como Mauro Castillo, primer cantante afrolatino en ser invitado a cantar a la Casa Blanca, entonan con orgullo en lugares inimaginables.
Hay voces que no se apagan, que no entienden de silencios ni despedidas, la del Joe es una de esas que aun, después de 14 años, sigue estremeciendo el alma y el cuerpo de sus seguidores, esos a los que les dedicó Pa’l bailador. Este sábado, celebremos al Joe, ese que dejó claro que en Barranquilla su nombre se quedó para siempre.