Demostrando que su espíritu pionero permanece intacto, Barranquilla acaba de escribir una nueva página dorada en la historia de sus desarrollos médicos. El nacimiento de Maía Victoria, la primera bebé sometida a un exitoso procedimiento quirúrgico intrauterino para corregir la gastrosquisis –una malformación congénita que causa que los intestinos estén por fuera de la pared abdominal– no solo se constituye en un avance sin precedentes, también es fiel testimonio de la experticia, la preparación y la visión del talento médico local.

Este procedimiento representa un antes y un después para la vida de la recién nacida y de sus valientes padres, María de los Ángeles y Ricardo, quienes a pesar de la escasa evidencia científica nunca dudaron en adentrarse en semejante aventura por el bienestar de su hija. Con una vasta experiencia a cuestas, los médicos Cristóbal Abello y Miguel Parra fueron los encargados de realizar el procedimiento con éxito. Su audacia y visión fueron claves para un desenlace favorable al replicar, en la cirugía fetal, técnicas quirúrgicas usadas en adultos.

Durante años estos destacados profesionales han atendido un sinnúmero de patologías congénitas, logrando cambiar el rumbo de centenares de familias del país. Su trabajo salva vidas, pero también sitúa a Barranquilla en el mapa mundial de esta rama de la medicina.

La primera etapa del proceso consistía en aplicar la toxina botulínica -por vía percutánea, guiada por ecografía- entre los planos musculares del bebé. Eso permitió ampliar en un 30 % la capacidad abdominal. Posteriormente, cuando el embarazo llegaba a la semana 23, se adelantó una cirugía intrauterina para introducir los intestinos en el abdomen de la criatura y proceder a cerrarlo. De esta manera se le dio esperanza a una familia que debió enfrentar los peores diagnósticos y que, contra toda esperanza, decidió aferrarse a la vida de su niña.

Indudablemente, el procedimiento de alto nivel cubierto por el Plan Obligatorio de Salud (POS) refrenda las fortalezas de nuestro sistema, a pesar de la aguda crisis que ha venido arrastrando en los últimos años por la falta de financiación. Enhorabuena por estos dos genios que con modestia reconocen que operar a un bebé con gastrosquisis dentro del útero y que nazca sano es un antes y un después en la cirugía fetal: esta bebé nació curada. Por primera vez en el mundo esto ocurre y ocurre en Barranquilla”, le dijeron a EL HERALDO.

En los próximos meses, según los especialistas, otros dos bebés nacerán completamente sanos tras ser sometidos al procedimiento, lo que reafirma la efectividad y la seguridad de esta técnica innovadora ‘made in la Arenosa’. Es así como la capital del Atlántico se empieza a consolidar como un referente internacional en cirugía fetal, demostrando que somos capaces y que la innovación y excelencia médica se están fortaleciendo en nuestra región.

Sin embargo, varios son los retos pendientes por atender. Se precisa de seguir consolidando la infraestructura hospitalaria y de aumentar la inversión en investigación para perfeccionar técnicas como esta y hacerlas accesibles a un mayor número de pacientes. Adicionalmente, la capacitación de profesionales en cirugía fetal se convierte en una necesidad para que intervenciones de semejante naturaleza no se limiten a unos pocos centros especializados en las grandes capitales, sino que puedan también realizarse en las ciudades intermedias.

Barranquilla, como pionera en este campo, tiene ahora la responsabilidad y la oportunidad de liderar programas de formación y cooperación que permitan replicar estos éxitos en otras latitudes. Y en ello hace falta el concurso de los sectores público, privado y de la academia, actuando como un todo. Únicamente de esta manera se podrá ampliar el impacto de estos avances y ofrecer esperanzas a más familias, como la de Maía Victoria.