Necesitamos buenas noticias. Casi nunca las tenemos, por eso cuando se generan no podemos menos que destacarlas como debe ser. La renovación de la sede centro de la Universidad del Atlántico, las obras de mejoras en las de Sabanalarga, Soledad, Suan y Puerto, y la entrega –por fin- de la restauración del complejo de Bellas Artes han sido anuncios largamente esperados por la comunidad educativa de este centro académico y, en general, por los jóvenes del departamento.
Todos se confirmaron en un mismo día durante la reciente visita del viceministro de Educación Superior, Ricardo Moreno Patiño, a Barranquilla y los municipios señalados. El balance de su recorrido, en el que estuvo acompañado por el Gobernador Eduardo Verano, el rector de la Uniatlántico, Danilo Hernández, y el senador Pedro Flórez, entre otros, no pudo ser más positivo.
Es indiscutible que las nuevas inversiones anunciadas por los funcionarios asegurarán la puesta en marcha de intervenciones requeridas en las distintas sedes de la universidad. Pero, de lejos, lo más notable de esta apuesta compartida es la provechosa articulación entre el nivel central, Ministerio de Educación, y el territorial, Gobernación del Atlántico, para aumentar la cobertura de la educación superior en el departamento con más infraestructura, sobre todo en municipios.
Lo primero será la reconstrucción de la emblemática sede centro, un patrimonio cultural del Atlántico, que en los últimos años se ha caído a pedazos. Recuperar las instalaciones de la carrera 43 o avenida 20 de Julio con calle 50 que durante más de seis décadas han sido testigos de la formación de miles de profesionales del Caribe colombiano constituye un acto de justicia, improrrogable por más tiempo. El compromiso es arrancar en el 2025 con una primera fase, en la que se intervendrán los edificios Administrativo y el Santo Domingo, además de accesos vehiculares, peatonales y zonas verdes, durante 20 meses.
Este proyecto puntual por $68 mil millones será financiado con recursos de la Estampilla Prociudadela Universitaria recaudados por la Gobernación del Atlántico. La segunda fase, la correspondiente al edificio de Posgrados, tendrá un valor de casi $47 mil millones, aportados por el Sistema General de Regalías, que se tramitarán a través de Planeación Departamental.
Importante precisar que las iniciativas, por más de $115 mil millones, cuentan ya con aprobación de la Junta Prociudadela. Quedan pendientes los avales de la Asamblea del Atlántico y del Consejo Superior de la Universidad, que en ningún caso deberían ser obstáculo para que las obras se materialicen en el corto plazo. Si bien es cierto que en ambos escenarios se favorece la deliberación, respaldar proyectos de relevancia estratégica como estos se hace imprescindible para aumentar cuanto antes la oferta de cupos de especializaciones, maestrías, doctorados, y de programas de extensión como cursos libres de lenguas extranjeras de fácil acceso.
Impulsar la ampliación de cobertura de la Universidad del Atlántico en el departamento exige aunar los esfuerzos de todos los actores interesados. No basta con aspirar a hacerlo bien, se requiere alinear las posiciones. En la sesión de agosto del Consejo Superior, la delegada de Presidencia de la República y el representante de los docentes expresaron reservas sobre proyectos de ampliación de las sedes de Sabanalarga y Soledad, próxima al Inem, por $58 mil millones aprobados por el Ministerio de Educación, y decidieron no darles luz verde, a la espera de conocer más información de su alcance y de la destinación puntual de los recursos.
No puede haber dudas ni temores sobre la urgencia de fortalecer la educación superior pública en el Atlántico. Debe ser objetivo común de quienes están dispuestos a que sigan sucediendo cosas importantes, como aumentar la oferta académica de la Uniatlántico en los municipios, mejorar las condiciones de todas sus sedes y entregar la restauración de Bellas Artes, prevista ahora para finales de septiembre. Ni un día más, por favor. Incrementar las capacidades de la universidad pública es una aspiración que el Gobierno nacional tiene entre sus prioridades. Acompañarlo en este reto nos convoca a todos: a ponerse de acuerdo para que en el aniversario 80 de la Uniatlántico, en el 2026, sus 24 mil estudiantes tengan razones de sobra para celebrar.