De acuerdo con la información que publica el Ministerio de Salud, por cada donante de órganos y tejidos es posible beneficiar a 55 personas. Se trata de una decisión trascendental el hecho de, conscientemente, convertirse en un donante y dejar expresa esa voluntad, ya sea mediante el registro ante el Instituto Nacional de Salud o a través de la familia en caso de una muerte encefálica.

El pasado 6 de junio se conmemoró el Día Mundial del Trasplantado y el 1 de junio, el Día Nacional del Donante de Órganos y Tejidos. Fechas que deben llevarnos a la reflexión y a la comprensión de cuántas personas permanecen en una lista de espera para recibir un órgano que pueda salvar sus vidas.

En Colombia la cifra de pacientes en espera, a corte del 31 de diciembre del año pasado, era de 4.002. La mayoría de ellos, 3.696, esperan por un riñón.

En el caso de la regional 5 de la Red de Donación y Trasplantes de Órganos y Tejidos –bajo la coordinación de la Gobernación del Atlántico, y que comprende además los departamentos de Bolívar, La Guajira, Magdalena y Sucre– reportó esta semana que 426 pacientes se encuentran en la lista de espera. Nuevamente la mayoría aguardando por un riñón: 410.

Según el reporte del Instituto Nacional de Salud, afortunadamente las cifras de donantes del país han venido creciendo y son alentadoras. En 2023 se realizaron 1.394 trasplantes, la mayor parte de ellos correspondieron a riñón, 933; hígado, 293; corazón, 99, y pulmón, 36. Esto representó un incremento del 17 %, que también se ve reflejado en el aumento de donantes: cadavéricos y vivos.

El reporte del Instituto Nacional de Salud también da cuenta de que se materializaron trasplantes de 1.090 receptores con órganos de donantes cadavéricos y 304 con los de donantes vivos.

Como se ve, muchas vidas salvadas gracias a la generosidad de otros seres humanos o de sus familiares.

Se trata, pues, de una decisión basada en el amor, la empatía y el altruismo, del convencimiento del beneficio que un cuerpo humano puede aportar en la salud y en la vida de otro que lo requiere para sobrevivir, para mejorar su calidad de vida, así no sea una persona que conozca o haga parte de su círculo familiar.

Así mismo, las tasas en relación con donantes y trasplantes en el país están retornando a los niveles prepandemia, y por supuesto la primera incide en el éxito de la segunda. La tasa de donantes pasó de 6,4 a 7,4 por millón de habitantes en 2023, y la de trasplantes cerró en 26,7 por millón de habitantes, en 2022 fue de 23.2 y en 2019, 26.4”.

En ese sentido, la red aprovechó las conmemoraciones de esta semana para reiterar el llamado “a donar vida”, teniendo en cuenta que el proceso para convertirse en donante se puede hacer de una forma sencilla con un registro en la página web del Instituto Nacional de Salud.

Paradójicamente, aunque el trasplante más demandado es el de riñón, no se realiza en la misma proporción. El año pasado, a corte de 31 de diciembre, 3.696 pacientes esperaban por un órgano sano para un trasplante renal, pero solo 933 lo lograron. Con lo cual es imprescindible, y así lo manifiestan las autoridades de salud, que cada vez haya una mayor conciencia de la necesidad de los programas de prevención para evitar que progresen las afectaciones renales a estados graves o que aparezcan, esto con la adopción de hábitos saludables en materia de alimentación y actividad física.

La salud es un bien absolutamente preciado y sobre todo en las actuales circunstancias del sistema de salud del país, en el que hay más incertidumbres que certezas en tanto se discuten y resuelven en manos de quién quedará el aseguramiento de los colombianos.

Por lo pronto, una vez más, y es el propósito que ocupa estas líneas editoriales, el llamado es a considerar una decisión trascendental que como seres humanos podemos tomar para salvar vidas.