El pasado jueves 28 de marzo se cumplieron cien años del natalicio de uno de los hombres más prolíficos en cuanto al quehacer académico y social del departamento del Atlántico. El corregimiento Isabel López, en el municipio de Sabanalarga, vio nacer a José Consuegra Higgins, un maestro de maestros que dedicó su vida entera a la educación y a la investigación.
Tiene sentido que su lugar de nacimiento haya sido justamente donde el dicho popular señala que “la inteligencia es peste”. Siendo así, que bueno que el doctor Consuegra se haya contagiado de tal ‘enfermedad’, pues quienes pasaron por sus aulas en distintos centros académicos pudieron atesorar las enseñanzas provenidas de la mente brillante de un científico social a carta cabal.
Barranquilla, puntualmente el Colegio San José, fue el lugar donde empezó a formar su pensamiento, compartiendo salón de clases, nada más ni nada menos, con Gabriel García Márquez, Nobel de Literatura, y con Juan B. Fernández Renowitzky, director por muchísimos años de esta casa editorial que hoy honra el legado centenario del rector fundador de la Universidad Simón Bolívar, de Barranquilla.
Persuadido por el caudillo Jorge Eliécer Gaitán se convirtió en economista de la Universidad Nacional, y de allí en adelante la educación se convirtió en su caballo de batalla, pues a esa gesta le dedicaría por completo su vida, primero como docente de distintas universidades y luego como fundador de la institución de educación superior que se apresta a cumplir 52 años de existencia, un testigo que quedó en manos de sus hijos y de su familia emulados por su ejemplo.
A José Consuegra Higgins le debemos la creación de la Facultad de Economía de la Universidad del Atlántico, de la que fue docente y rector. También la organización de las oficinas de planeación departamental de todo el país y la elaboración de un plan regulador encomendado por la Cepal que sirvió como modelo en este propósito, todo ello en su designación como consejero nacional de planeación por parte de la Cámara de Representantes, de la cual también hizo parte, al igual que del Senado y del Concejo de Barranquilla.
La política también tuvo la posibilidad de contar con el liderazgo y el conocimiento en las ciencias económicas de Consuegra Higgins, quien también puso al servicio de lo público su experiencia.
Y aunque fue y vino de la política, la educación nunca dejó de ser la prioridad para el laureado académico que recibió a lo largo de su vida múltiples reconocimientos y condecoraciones, así como doctorados honoris causa de las universidades de Cartagena en Colombia y del Zulia y Rafael Urdaneta, en Venezuela.
La prolijidad de José Consuegra Higgins quedó plasmada en su infinidad de columnas, escritos, libros y toda clase de publicaciones que hizo a lo largo de su vida. En sus páginas de opinión, EL HERALDO tuvo el enorme privilegio de contar con las luces y reflexiones del maestro Consuegra Higgins, que también escribió para los diarios El Nacional y La Patria. Creó, en su juventud, “Frente Nacional’, un periódico en el que publicaba ensayos literarios y políticos.
Las líneas de esta editorial son insuficientes para enumerar el enorme legado de un educador que ofrendó todo su conocimiento y su gestión al Atlántico y al Caribe en general. Aun hoy, casi 11 años después de su fallecimiento, la herencia académica y cultural de José Consuegra Higgins se palpa en los 49 grupos de investigación con que cuenta la Universidad Simón Bolívar y en obras como el Museo Bibliográfico de Autores del Caribe.
Afirma José Consuegra Bolívar, quien asumió las riendas de la creación de su padre, que de los legados más importantes de Consuegra Higgins fue la relación del maestro al mismo nivel de sus estudiantes, propiciando un espacio de aprendizaje para discernir, deliberar y compartir opiniones, y desarrollar pensamiento crítico.
Son cien años de una vida que nació para servir a la educación y a las ciencias sociales. ¡Maestro de maestros!