De acuerdo con la Encuesta Nacional de Calidad de Vida del Dane, en 2022 solo el 39 % de los hogares colombianos vivía en una casa propia, ya fuera pagada en su totalidad o que la estuvieran pagando, mientras que el 40,2 % vivía en arrendamiento.
Asimismo las cifras del gremio de la construcción, Camacol, evidencian que en 2023 las ventas de vivienda se contrajeron 44,9 % en el país, especialmente por la caída de las ventas de viviendas de interés social (49,7 %), y también se registró un récord de 38 mil hogares que desistieron de comprar casa, un aumento del 62,9 % frente a 2022.
Un duro panorama que se dibujó por la asociación de factores como la modificación al programa de subsidios del Gobierno nacional Mi Casa Ya y el encarecimiento de los créditos hipotecarios. Efectos de los que no escapó Barranquilla.
Por eso se constituye en una noticia positiva y de gran impacto el anuncio de la puesta en marcha del programa Mi Techo Propio por parte de la Alcaldía de Barranquilla, con el cual se entregarán 10 mil subsidios de vivienda VIS y VIP en el próximo cuatrienio, con una inversión de $265 mil millones.
La noticia es mucho más relevante si se tiene en cuenta que es una iniciativa planteada para producir resultados inmediatos, pues desde ya los constructores podrán inscribir sus proyectos en el programa y el primer cruce de beneficiarios se hará entre la primera y segunda semana de abril.
En este 2024 el Distrito otorgará 2800 subsidios, al cual podrán acceder familias con ingresos hasta de 4 salarios mínimos mensuales vigentes, pero además podrán cumplir con más posibilidades el cierre financiero para la adquisición de su casa nueva sumando varios ingresos, ya sean ahorros propios, cesantías, leasing habitacional y también otros subsidios de vivienda (Mi Casa Ya, Gobernación del Atlántico, Cajas de Compensación).
Por la forma como se diseñó y se planteó, Mi Techo Propio es una jugada a tres bandas, poniéndolo en términos de un juego de billar. La razón es que le apunta a facilitarles a las familias barranquilleras el acceso a un subsidio y a la compra de vivienda nueva, a estimular el empleo y fortalecer el sector constructor, y por último a reducir el déficit de vivienda con la generación de proyectos VIP y VIS sostenibles.
Ganan los hogares barranquilleros que pueden soñar con una casa propia, ganan los constructores que reactivan el sector y gana la ciudad que genera más puestos de trabajo y logra más propietarios y más espacios armónicos pensados con nuevos conceptos de bienestar y sostenibilidad.
Aunque las dinámicas familiares y laborales han ido transformándose con el paso de los años y de las nuevas generaciones, tener una casa propia sigue siendo el gran sueño de miles de familias, pero además que ese techo sea sinónimo de comodidad, tranquilidad y seguridad. Ahí radica el valor de esta iniciativa que el mandatario Alejandro Char impuso como una de las cuatro líneas de trabajo del eje de vivienda en el denominado ‘Plan Alcalde’. Este además contempla la construcción de dos proyectos distritales con 1.500 soluciones de vivienda de interés prioritario y de interés social en los que se invertirán $50 mil millones; una inversión de más de $60.000 millones para atender la titulación de 60 mil predios en las 5 localidades, especialmente en 68 barrios de estratos 1 y 2; y el otro gran proyecto es el mejoramiento de 8.270 viviendas este año y 40 mil en el cuatrienio.
Se trata de una importante inversión o apuesta social que supera los $375 mil millones y que ilusiona a cientos de familias que confían y esperan que alguno de estos beneficios las alcancen para elevar su calidad de vida.
No cabe duda de que se trata de una estrategia ambiciosa, por lo que es trascendental que una vez más el sector privado en Barranquilla se sume con total compromiso y ratifique la buena llave con el sector público, para que al final del ejercicio la ciudad y quienes en ella habitamos podamos evidenciar el impacto social que tendrá este plan en los sectores más vulnerables, pero también en los resultados e indicadores económicos de la capital del Atlántico.