Melissa Cure Villa, nuestra reina del Carnaval 2024, se ha ganado el corazón de los barranquilleros por varias razones. Sin caer en zalamerías, se puede decir que su encantadora sonrisa, la misma que no se le ha borrado del rostro desde septiembre pasado cuando fue designada como la soberana de las carnestolendas, resulta irresistible. También es posible señalar que su bandera de exaltar la tradición, rindiendo homenaje a las 13 danzas patrimoniales de las fiestas, permitió tributar un justo reconocimiento a hacedores, artistas y portadores de nuestra identidad caribe.

Sus muchas señales, claramente positivas, al igual que sus vehementes llamados públicos a respetar a todas las personas, indicativos de su empática humanidad, o la sobrecogedora belleza de sus vestuarios, dirían los menos prosaicos, también la situarán en el cajón mágico de los recuerdos de las reinas eternas. Sin embargo, la historia dirá que el Carnaval de Meme fue el primero en el que se lanzó una política de sostenibilidad ambiental y adecuado manejo de residuos sólidos que, por un lado, midió la huella de carbono en varios de sus más importantes eventos y, por otro, articuló a más de 30 aliados del sector público, privado, la academia y, de manera significativa, a asociaciones de recicladores, en torno a un propósito común de ciudad.

Esta es una iniciativa que merece toda la atención de la gente y el compromiso de las autoridades, que deben integrarla a la normativa local como una política pública para asegurar su continuidad.

La sostenibilidad, en su triple dimensión: económica, social y ambiental, no es un favor que le hacen las entidades a la sociedad ni tampoco una decisión voluntaria que puedan dilatar de forma indefinida. Que no se olvide que el Carnaval es como tal una empresa que trabaja por y para las fiestas los 365 días del año. Incorporar buenas prácticas y objetivos de sostenibilidad con impacto positivo, medible y en beneficio de las personas, la comunidad en general y del planeta es la mejor forma de crear valor, generar progreso y de construir confianza, garantizando su viabilidad.

La apuesta de la organización Carnaval S.A.S. encontró en Melissa Cure a su mejor aliada. Hace más de cuatro meses, la reina le contó a EL HERALDO que la sostenibilidad ambiental, como forma de preservar el planeta y el futuro compartido, hacía parte de sus prioridades personales, a tal punto que había creado un emprendimiento de moda circular para promover el consumo responsable de prendas de vestir. De modo que el Ecotumbao promovido por la soberana, estrategia que en los últimos meses ha emprendido varias acciones para que las fiestas tengan un menor impacto ambiental, ha terminado por convertirse en un proyecto insignia del Carnaval.

Este domingo, cuando en la Gran Parada de Tradición coincidan en la Vía 40 las dinastías que sostienen el legado ancestral, en un desfile majestuoso en el que participarán más de 13 mil integrantes de 226 grupos folclóricos de la región Caribe, es clave insistir en que el camino emprendido en 2024 no tiene vuelta atrás. La reina lo hizo de manera acertada en su curramberísima noche de coronación, arropada por otras soberanas de las fiestas que enriquecieron una puesta en escena con sabor esquinero, bordillero y hasta bochinchero, que les salió bastante natural. De hecho, la solidaridad y la pedagogía son pilares determinantes para extender la noción de sostenibilidad ambiental que, aunque puede ser un concepto difícil de asimilar, es de gran trascendencia porque de ella depende el presente y el futuro. O lo que es lo mismo, un asunto intergeneracional, como el Carnaval en el que todos debemos estar a la altura.

Hablamos de un desafío inmenso para cambiar hábitos de consumo, acelerar las buenas prácticas de separar y gestionar residuos, de usar materiales reciclados en disfraces y carrozas, o de no contaminar. Esto en líneas generales. No se trata de imponer, sino de entender que podemos gozarnos cada evento, con una actitud más responsable, consciente de que la emergencia climática nos ha puesto en jaque. Como enseñamos a nuestros niños a preservar sus tradiciones, también podemos formarlos en valores sociales y en conciencia ambiental. Sería la mejor forma de evocar el Carnaval de Meme, la reina que se esforzó por hacer interesantes esas cuestiones importantes que en ocasiones se nos vuelven paisaje. ¡Adelante reina, este es tu momento!