Cuando no es Chana es Sebastiana. Que karma y que calvario el que tiene Colombia, pero sobre todo la región Caribe, con el servicio de energía.

Siendo un país tan rico y diverso con una riqueza hídrica incomparable, yacimientos de gas, vientos alisios inmejorables y pisos térmicos como para generar energías no convencionales cargamos con un sambenito por las malas decisiones y la falta de visión para afrontar los desafíos que nos presenta la naturaleza y también el mercado.

Desde hace más de un año en el mundo se viene hablando del fenómeno de El Niño que ya comenzó a surtir efecto en varias partes del planeta y Colombia no es la excepción.

Y también se sabía desde hace rato que la opción tarifaria vigente estaba presentando dificultades y las empresas comercializadoras ya venían levantando la mano por las dificultades para cumplir con los contratos de suministro adquiridos a través de XM y también para comprar de forma bilateral a los generadores por cuenta del flujo de caja golpeado por los saldos pendientes para recuperar por 5,1 billones de pesos correspondientes al diferimiento de la tarifa ordenado como alivio por causa de la pandemia.

El mal está más que diagnosticado y las alarmas se prenden con anticipación, pero siempre el lío nos coge calzones abajo.

Catorce ex ministros de Hacienda y de Minas y Energía enviaron este fin de semana una carta al presidente Petro pidiéndole medidas efectivas para evitar el riesgo de apagón que se cierne sobre el país por cuenta, entre varios factores, de las dificultades financieras de 17 comercializadoras de energía que atienden el 40 por ciento de la demanda.

Por supuesto comandando la lista están las que atienden la demanda de la Costa: Air-e y Afinia.

Lo que piden y sugieren los exministros es que vía crédito Findeter el Gobierno financie completamente los saldos vigentes de la opción tarifaria.

Ya el Gobierno nacional respondió la carta y el punto es que otra vez nos quedamos en el retrovisor buscando culpables, pero lo que esperan los usuarios, que son al final los más perjudicados, es soluciones definitivas.

El ministro de Minas, Andrés Camacho, señaló que se aprobó el crédito de 1 billón de pesos con Findeter para que las comercializadoras puedan diferir el pago de obligaciones con las generadoras, pero los saldos pendientes que tienen por recuperar las empresas son de 5 billones.

Con lo cual todavía no se ve posible que las soluciones como esta –que explica el Ministerio se están implementando– puedan solucionar en el corto plazo el riesgo que vienen advirtiendo desde distintos sectores.

El ministro, y como deber ser, también se refirió a la necesidad de implementar con fuerza la generación con renovables, así como de “mejorar la competencia en el mercado para una fijación justa y eficiente de precios de la energía”.

El qué se debe hacer tal parece que todo el país, o al menos quienes conocen del tema energético, lo tienen claro, pero cómo y cuándo no está muy claro.

Los usuarios no saben de fórmulas, de opciones tarifarias, de cálculos, de saldos, de transacciones, de fenómeno de El Niño, pero lo que sí saben es que es el Estado en su conjunto el que debe brindarles una solución definitiva a las tarifas y el que debe garantizarles el suministro permanente y sin interrupciones del servicio.

Y para colmo de males la Comisión de Regulación de Energía y Gas, constitucionalmente responsable de regular el sector, sigue con varios comisionados encargados, lo que –según los expertos– no le permite tomar decisiones. Así también es difícil que las temas avancen.

Una cosa tras otra. Lo que los usuarios requieren es certezas, decisiones, acciones. Ya basta de los diagnósticos.