El drama por el hambre que padecen millones de personas en el planeta se agudiza cada vez más con el calentamiento global, el cambio climático y los conflictos bélicos como el que protagonizan hoy Rusia y Ucrania, cuyo impacto tiene un alcance global de grandes proporciones, pues está contribuyendo al encarecimiento de productos y fertilizantes que a su vez repercute en los precios de los alimentos.

Una coyuntura que se produce justo después de la pandemia del covid-19 que castigó fuertemente la economía mundial, especialmente de los países más pobres, donde el hambre es una tragedia diaria.

Justamente este viernes concluyó en Quito, Ecuador, la trigésimo séptima Conferencia Regional para Latinoamérica y el Caribe de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), en la que se concluyó que es urgente transformar los sistemas agroalimentarios para que sean más eficientes, incluyentes, resilientes y sostenibles, pues le corresponde a esta región continental –estima la organización– la responsabilidad de producir hoy alimentos para 1.300 millones de personas y deberá poder atender a otros 300 millones en las próximas décadas.

Según lo expresado por el director de la FAO en una entrevista a la agencia EFE, “de una población de 650 millones en 2020, 267 millones de personas estaban en situación de inseguridad alimentaria, un aumento de 60 millones en solo un año. Casi 60 millones viven con hambre crónica. La mitad de la población rural vive en la pobreza y una cuarta parte, en la pobreza extrema”, refiriéndose a Latinoamérica y el Caribe.

Es por ello que al finalizar el encuentro lo que se pretende es que se dé una mirada integral que aborde la seguridad alimentaria desde tres ejes: alimentación saludable, desarrollo inclusivo y agricultura sostenible y resiliente.

Se requiere que en este lado del planeta, y Colombia no es la excepción, la agricultura comience a valorarse y constituirse en una prioridad y en un sector clave para superar las crisis económicas y eliminar el hambre y la malnutrición, incluyendo el sobrepeso y la obesidad, que sufre la región.

En este mismo sentido, este jueves Barranquilla, modelo por su PAE (Plan de Alimentación Escolar) a nivel nacional, acogerá el Foro Mundial de Alimentación del PMA (Programa Mundial de Alimentos de la ONU). Un nuevo espacio, con presencia de 18 países, para abordar la inseguridad alimentaria. La ciudad, en particular, lidera una serie de estrategias que han merecido el reconocimiento también de esta organización. Falta mucho por hacer, pero la tarea sigue construyéndose y requerirá de una acción gubernamental a nivel país para sumarse a la lucha por eliminar el hambre con sistemas agroalimentarios más fuertes, resilientes y sostenibles.