La captura de Jesús David De la Cruz Ortiz, alias ‘Guajirito’, es una nueva demostración de la eficacia de las autoridades en casos de alto impacto social. Este joven de menos de 20 años es señalado de ser el autor material del homicidio del patrullero de la Policía Kemel Jesús Cervantes Ocampo, adscrito a la Sijín en Barranquilla.

El policía fue asesinado durante la madrugada del pasado domingo en una caseta de venta de licor en el barrio Las Trinitarias, Soledad, pocos minutos después de llegar al establecimiento. Las pruebas en poder de la Fiscalía vinculan a alias ‘Guajirito’, quien ayer fue enviado a la Penitenciaría El Bosque con medida de aseguramiento, no solo a este homicidio sino al del hermano del patrullero, Kevin, cometido en marzo de 2017. No dejar cabos sueltos para futuras represalias habría sido el móvil del crimen.

De la Cruz Ortiz fue capturado el miércoles en Floridablanca (Santander), a donde había huido tras enterarse por la prensa de que era el principal sospechoso de la Policía y que ofrecían 10 millones de pesos por información sobre su paradero. Con seis anotaciones judiciales a pesar de su corta edad, ‘Guajirito’ sabía muy bien que lo irían a buscar a su casa en Soledad, por eso no dudó escapar cuanto antes del cerco de las autoridades. Sin embargo, el uso de la tecnología permitió identificarlo y detenerlo en menos de cuatro días.

La Policía había interceptado su teléfono celular y los de sus familiares más cercanos. Por eso, cuando hizo una recarga de su móvil en la población santandereana, todas las cámaras de vigilancia apuntaron hacia esa dirección. En cuestión de minutos, alias ‘Guajirito’ fue ubicado y capturado. Esa misma noche fue trasladado a Barranquilla en un jet para presentarlo ante un juez a la mañana siguiente.

Fue un procedimiento rápido y eficaz que debe marcar una pauta para futuros casos, así no despierten tanta consternación en la ciudadanía y en la misma institución como el asesinato a sangre fría de un policía.

La captura del ‘Guajirito’, como hace pocas semanas la del expolicía Levith Rúa Rodríguez por la violación y muerte de la estudiante del Sena Gabriela Romero, son una muestra de la capacidad de reacción de nuestras autoridades. Solo replicando estos ejemplos a casos cotidianos se logrará recuperar la confianza de la ciudadanía en sus instituciones y, de paso, mejorar la percepción de seguridad.