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El Liverpool, con un hombre menos durante setenta minutos por la expulsión de Andy Robertson, sobrevivió a la insistencia del Fulham con un ejercicio de resiliencia que le permitió contestar dos veces a su rival gracias a los aciertos Cody Gapko y Diogo Jota, que rescataron un punto para el líder de la Premier League (2-2).

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El Fulham no era un rival de los asequibles para los hombres de Arne Slot. Acaricia la zona europea y ya demostró ser capaz de generar problemas a los grandes de la Premier League. De hecho, consiguió empatar con el Arsenal (1-1) y con el Tottenham (1-1). Y generó muchísimos problemas al Manchester City, que acabó sumando una victoria agónica (3-2).

Esos precedentes no invitaban a un duelo tranquilo para el Liverpool, que además acudió a la cita con una pequeña duda tras su pinchazo frente al Newcastle (3-3) tras una racha ganadora. Y la profecía de los más cautelosos de Anfield, se cumplió. El Fulham cumplió con las expectativas y fue un dolor de cabeza para su rival.

Para empezar, Issa Diop comenzó marcando terreno con un patadón a la rodilla de Andy Robertson que pudo ser algo más que una cartulina amarilla. Pero ahí dejó su sello. El central, esta vez acompañado por Jorge Cuenca -buena oportunidad para el español por las ausencias de Calvin Bassey y de Joachim Andersen- volvió a demostrar en un estado de forma excepcional.

Y el resto de sus compañeros también acompañaron a Diop. Saltaron al césped de Anfield eléctricos, con ganas de sorprender al Liverpool, totalmente grogui por la salida explosiva de sus rivales y que se complicó muy pronto, a los nueve minutos con el tanto de Andreas Pereira que abrió el marcador.

El Fulham ensambló una jugada perfecta, rápida y aniquiladora que comenzó con un pase rápido de Diop a Harry Wilson, que desde la medular, y al primer toque, mandó la pelota hacia Alex Iwobi, que rápidamente se la cedió a Antonee Robinson. El lateral del Fulham centró al segundo palo desde la banda izquierda y Andreas Pereira, de volea y con un tremendo escorzo, hizo el 0-1.

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Al tanto del Fulham le siguió otra jugada clave, la expulsión de Robertson a los 17 minutos por una entrada sobre Wilson cuando era el último hombre. Él mismo se metió en un lío tremendo después de perder la pelota con un control pésimo que dejaba a Wilson ante Alisson Becker. No tuvo más remedio que soltar la pierna y derribar al habilidoso extremo del Fulham.

Curiosamente, con un hombre menos, el Liverpool espabiló y aunque no generó ocasiones, puso los mimbres para el inicio de una posible reacción tras el paso por vestuarios. Y es que, el comienzo de los segundos 45 minutos fue esperanzador para los ‘Reds’, que sin complejos pese a estar con un hombre menos, plantó cara al Fulham y muy pronto empató el partido con un cabezazo de Cody Gakpo a pase de Mohamed Salah.

El empate despertó al público de Anfield, que empujó a sus jugadores hacia un duelo de correcalles en el que cualquier de los dos equipos podía sacar petróleo. El Liverpool tuvo su momento, con un remate de Salah que se marchó fuera por muy poco. Lo desperdició y el Fulham respondió con el suyo con una diferencia: no falló.

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En un contragolpe, de nuevo a toda velocidad, selló el 1-2. Iwobi inició por la banda izquierda la operación. Cedió la pelota a Robinson, que llegó hasta la línea de fondo para echarla hacia atrás. Por el corazón del área apareció Rodrigo Muniz y su remate acabó en la red de la portería defendida por Alison.

Al Liverpool le quedaba algo más de un cuarto de hora para buscar el empate. No se achantó. Avisó con un remate ajustadísimo de Harvey Elliott y consiguió su premio a cinco minutos del final con la aparición de Diogo Jota, que no falló en un disparo desde la frontal del área.

El equipo de Arne Slot insistió para intentar culminar una victoria épica. Tuvo nueve minutos de tiempo añadido para firmar la remontada. La acarició con un remate de Diogo Jota que salvó el mejor del partido, Robinson, que se interpuso con su cuerpo en el camino de la pelota hacia la portería. Fue la ocasión de la épica que no llegó a buen puerto.

El Liverpool, al final, no ganó, pero se fue con buen sabor de boca porque resistió con un hombre menos durante casi todo el partido. Eso sí, dará una oportunidad a sus perseguidores para recortar dos puntos en la lucha por el título.