Compartir:

Si alguien es importante para la vida de Anthony Zambrano es su madre. La progenitora del atleta guajiro pasó muchas necesidades para sacarlo adelante y hoy, que está en la cúspide del deporte mundial, él solo está mentalizado en seguir obteniendo frutos en su carrera para regalarle una casa digna a su madre.

'Siempre me dice que va a llegar el momento en que me va a dar todo lo que me merezco. No quiere que trabaje más y que sufra más por dinero. Tampoco quiere que pase de casa en casa mudándome porque él me va a regalar una. Ese es el gran anhelo que tiene desde pequeño. Yo trabajé duro y él me veía hacerlo. Esas cosas él las tiene presente y cuando corre piensa en esos duros momentos. Es un buen hijo, una bendición que Dios me dio', manifiesta Miladis Zambrano con ojos aguados.

'Lo señalaron, lo trataron mal y lo querían expulsar del atletismo y mira todo lo que ha conseguido. Desde que se trazó en su mente que volvería a ser ese mismo muchacho que se lució en el Mundial Juvenil, Anthony  no ha dejado de luchar por una medalla y ha ganado muchas', agregó Miladis.

Es tal el amor de Anthony por su madre que hace algunos años se tatuó el nombre de su progenitora, una decisión que le costó un fuerte regaño.

'Una de las limpias que yo más recuerdo fue cuando me hice un tatuaje en el abdomen con el nombre de ella. Ese día le dije: ‘Mami, necesito decirte algo’. Ella me dice que qué era y le respondo que me hice un tatuaje. Ufff, ella estaba haciendo unas sopas y me ha lanzado la cuchara, pero salí corriendo tan rápido que me salvé y le pegó fue a la puerta (risas). Otras veces me pegaba era con una chancleta y yo salía corriendo. Ella, con esos ‘chancletazos’, me ayudó mucho para que fuera atleta', dijo en su momento Zambrano.