Aunque le sonríe a los camarógrafos y fotógrafos, aunque se muestra tranquila en las entrevistas y parece no mortificarle el hecho de que su hija Mónica Solano Henao sea boxeadora, la verdad es que Gilma Henao se encuentra nerviosa, preocupada, estresada.
Su niña, su nena, la mayor de tres hermanos (los otros son William, de 27 años, Jenny, de 24), se decidió por dedicarse al pugilismo y no a lo que ella tanto había soñado.
'Yo quería que fuera Miss Colombia', dice la progenitora de la modelo que abandonó las pasarelas para subirse al cuadrilátero.
Gilma llegó a Barranquilla, en compañía de su nieto, el único hijo de Mónica, Santiago, de 5 años de edad, para respaldar a su hija en su segunda pelea profesional, que será ante la barranquillera Glennys Cardona, este sábado en la noche en el Parque Central de Palmar de Varela, Atlántico.

'Ya tenemos que apoyarla, si ella se puso a practicar boxeo, estamos con ella', acepta Gilma ya con resignación.
La progenitora de la pugilista reconoce que lloró y sufrió mucho durante el primer pleito profesional de su retoño, pero 'ya no queda de otra que apoyarla'.






















