Se ha dicho y escrito mucho sobre los múltiples problemas del sistema de salud colombiano que están impidiendo que a los ciudadanos de este país, por una u otra causa, el Estado les pueda garantizar plenamente el goce efectivo del derecho a la salud, aunque este sea un derecho fundamental contemplado en el Constitución Política de 1991, y cuente además con una Ley Estatutaria que desde el año 2015 le definió el ámbito a dicho derecho, estableció mecanismos para su regulación e incluso su misma protección.

Igualmente han sido muchas las ocasiones en las que se ha expresado por reconocidos expertos, y por otros que no lo son tanto, que ante las actuales circunstancias del sistema de salud colombiano se requiere una reforma “profunda e integral” del sector salud en este país, para poder garantizarle de verdad el derecho a la salud a las personas que habitan el territorio nacional.

Si se recuerda cuál fue el programa de gobierno en salud por el cual votaron los colombianos que eligieron al hoy presidente Iván Duque, hay que precisar que en el tema legislativo el entonces candidato a la primera magistratura propuso que para sanear al sistema de salud colombiano era “necesaria, como se ha hecho en otros países, una ‘ley de punto final’ que diga ¿quién le debe a quién y cuánto? Después de esta ‘ley de punto final’, cualquier acumulación de deudas de más de 90 días debe tener una efectiva sanción patrimonial”.

Como quiera que la crisis actual es mucho más que solo la deuda entre actores intervinientes en el sistema, el gobierno de Duque debería contemplar impulsar una verdadera reforma sectorial que por lo menos incluya dos componentes: por un lado, el rescate financiero del sector salud en el que esté la citada ‘ley de punto final’; y por el otro, la reforma ‘estructural e integral’ al sistema que evite que en un corto período de tiempo nuevamente Colombia esté buscando una nueva ‘ley de punto final’, cambiando las actuales estructuras para que el sistema opere de una manera funcional para beneficio de todos los colombianos.

Hoy el presidente Duque cuenta con circunstancias favorables que debería aprovechar en ese propósito de gestionar esa esperada y anhelada reforma, pues tiene cinco importantes alfiles que se la jugarían por él en esa empresa: Juan Pablo Uribe en el Ministerio de Salud, Fabio Aristizábal en la Supersalud, además de que las Comisiones Séptimas del Congreso –que es donde se gestan las reformas y los nuevos marcos legales de la salud– están siendo presididas por hombres del Centro Democrático: Honorio Henríquez y Jairo Cristancho, respectivamente. Ese escenario garantizaría impulso técnico y casi que aseguraría trámite legislativo favorable, contando también con Ernesto Macías, presidente del Congreso y también del partido del Presidente.

Así las cosas, el gobierno hoy tiene una oportunidad de oro, debe decidir si la aprovecha o no. Si lo hace y reforma positivamente al sector salud, es muy probable que los colombianos estemos más cerca de disfrutar ese preciado derecho fundamental, haciendo entonces ciertas por fin la Constitución y la Ley Estatutaria.

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