Aún quedan ingenuos que creen que habrá elecciones en el 26, y que Petro se someterá a un incierto proceso en el cual, por mucho chocorazo que monte, no tiene todas las de ganar. Por el contrario, juega a una nueva constitución donde se le alargue el período, o se arme cualquier otra maroma craneada por su mentor Juan Manuel Santos, campeón de la tramoya. Santos es lo peor que le ha ocurrido al país, disfraza lo que sea, ya lo hizo con la paz fariana, y lo está haciendo también con la constituyente petrista.

Vargas Lleras la tiene clara y ¡suena las alarmas!: En contra de lo que a priori se podría pensar, ¡Hay que menear desde ahora el chocolate de la Asamblea Constituyente! Para que, ajustada a las leyes vigentes, se someta desde ya al Congreso, y sea ratificada por la actual Corte Constitucional para bloquear el “decretazo” pues, muy pronto, Petro tendrá en dicha Corte una cuasi mayoría dispuesta a aprobarle un  decreto de emergencia que convoque e instaure una Asamblea Nacional Constituyente que, al estilo Venezuela, contenga ¡lo que sea! Convocatoria, temario, los tiempos, y, ¡lo que se le dé la gana! Lástima que Vargas Lleras, con todas las calidades condiciones y talante para ser un gran presidente haya sido víctima de las bodegas comunistas que convirtieron en atroz delito un coscorrón seguro merecido, y lo señalaron presentándolo como déspota anti voto, lo que caló en este país de pusilánimes.  

Y aunque el enmermelado Congreso de hoy no brinda muchas garantías, hay que ponerse pilas y unirse todos lo no petristas para que la Cámara elija presidente a Katherine Miranda, quien no se ha mostrado ideologizada ni entregada al gobierno, sino fiel a los lineamientos de su Partido Verde, y ajustada a la sensatez y la decencia. No la va a tener fácil, pues el gobierno está haciendo todas las maromas, ofreciendo toda clase de prebendas, y hasta presionando burdamente para que no gane. Han inscrito varios candidatos petristas puros, y hacen descarada campaña en su contra, pero ella, tan firme como siempre en sus posiciones, no se ha dejado arredrar, y llegará hasta el final con el apoyo de algunos de sus copartidarios no entregados, y de los partidos no petristas disciplinados, aunque algunos se vendan.

En el senado no parece haber problemas con la elección de Efraín Cepeda, quien se ha caracterizado firme y fiel a los principios del partido, y será un bastión de la democracia apoyando la convocatoria que se adelantará al “decretazo” petrista. El caso es que todo el congreso debe ponerse ¡pilas!

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