Una nueva muestra de la antropofagia caribe la dio un grupito que, sin importarle los daños al país, a cambio de su apoyo negociaron con Petro un ministerio para los godos que, claro, serían ellos mismos. Era un trío sin instrumentos, ni guitarra ni cantante, que había que ser mamerto para encontrarle música. Petro comió del cuento, y cayó. Primero se creyó que eran vainas del senador Trujillo, llave del presidente, pero después se develó la verdad: un combito de costeños buscaba traicionar los postulados del partido, y también de paso tumbar de la presidencia al barranquillero Efraín Cepeda, incómodo para Petro. Es que en 2023 el partido, bajo el mando del senador Trujillo, se declaró ¡“de gobierno”! torpeza que nadie en las filas entendió pero que Cepeda, inspirado en la decencia y la coherencia, se impuso, logró tumbar a Trujillo, hacerse elegir presidente, y cambiar el adefesio. De ahí la incomodidad presidencial.

Cepeda con su amplia experiencia sorteó el intento de rebelión acudiendo al mecanismo del honor y el orgullo: ¡Renunció! Claro, unanimidad total en su ratificación, y consecuencial unánime aprobación a su gestión. Es que se ha lucido en la defensa del sentir godo, obtuvo gran victoria en las pasadas elecciones, y el partido vetará todos los proyectos que no coincidan con el beneficio nacional. Cepeda, además, puso contra las cuerdas a Gaviria, lo conminó a abandonar su “sí pero no”, y a decidirse abiertamente por la decencia. Bien por él.

Es que estamos acosados, pero no inermes. Contamos con un frente aguerrido no sólo en el Congreso, sino también en los altos cargos: La súper Procuradora barranquillera Margarita Cabello, quien con mesura, elegancia y precisión, viene con firmeza y decisión actuando en defensa de los intereses nacionales. Lo de Leyva es sólo una muestra. Es una joya, Margarita Cabello. También tenemos a Iván Name, presidente del Senado, barranquillero, quien sin sesgos señala al petrismo que las cosas no pueden manejarse al garete, sino con seriedad y pertinencia. Tenemos también a Andrés Calle, liberal cordobés presidente de la Cámara quien, pese a lo errático de su jefe político, ha estado firme. Y, ¿qué decir de Ani Abello? La brillante y valiente periodista barranquillera, quien junto con D’Arcy Quinn se pusieron en la tarea y desnudaron el fanatismo ideológico de la activista ternada Amelia Gregorio Oviedo, puntera en la pasada votación de la Corte. La descartaron.

Ojalá tan brillante equipo impida que los odios de Petro nos sigan acosando.

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