El reciente evento llevado a cabo en algún sitio de la carretera que conduce a Cartagena nos retrotrajo a aquellas afortunadamente superadas épocas de lichiguez, cuando el entonces alcalde con su gabinete a bordo y acompañado por un grupo de concejales, con bombos y platillos inauguró unas caseticas para callejeros vendedores estacionarios, caseticas que se construyeron adosadas a un muro del Romelio Martínez sobre la calle 72 y que hoy, sacudidos del cadillo, obviamente están demolidas, ya no existen. Esta vez fue con participación del presidente Duque, ministros, gobernador, parlamentarios, alcaldes y representantes de los gremios entre otras personalidades. Orgullosos estaban inaugurando, discurso incluido, la segunda calzada de un sector de la vía, con una longitud de ¡siete kilómetros! Hasta calcularon (mal, por cierto) la economía en tiempo que significaba el tramo inaugurado: dos minutos. Tangencialmente alguien gremial anotó que para completar en dos calzadas el total de la vía faltaban cincuenta kilómetros. ¿Qué tal?

¿Por qué someten al presidente a semejante papelazo? ¿Quién y por qué se montó tan ridículo show? Bastaba con sólo dar al servicio sin prensa ni bulla el pedacito de vía que estaba listo hace meses, dentro de una obra que está en ejecución desde hace varios años. Pumarejo y Miguel Vergara asistieron, claro, elemental cortesía con el presidente. Pero puede la gente imaginarse la burlona sonrisa in pectore de ambos, cuando establecieron la lichiguez de lo que estaban inaugurando, pues aquí superamos tal etapa y mucho hubiera complacido, por ejemplo, asistir a la firma del documento que garantizara la hoy envolatada financiación de los cuarenta (no son 50, sino algo más de 40) kilómetros faltantes para completar la vía. O que por lo menos se hubiera anunciado la construcción de un paso a desnivel en su intersección con la neurálgica vía “Riomar” que desde Santo Tomás atravesando todo el Departamento conduce hasta Santa Verónica. O que se anunciara la ejecución de algunas de las muchas obras que por aquí se requieren con urgencia, y que necesitan el concurso del gobierno nacional. Pero para el Atlántico no está contemplado ningún proyecto nacional. Se podría colaborar con el corredor universitario o con la ampliación a dos calzadas de la antigua carretera a Puerto, que no suman ni diez kilómetros, o con cualquier otra obra local.

Por supuesto que bienvenido el presidente. Pero con lo que no podemos congratularnos es con que lo traigan para inaugurar una lichiguez.

Coletilla festiva: Son gratificantes las noticias alrededor de nuestras tradicionales fiestas: El alcalde Pumarejo anunció que se celebrarán las de 2022, y además informó que al frente de las mismas, como directora general, había designado a Sandra Gómez, reconocida ejecutiva con amplia experiencia, talante y todos los atributos personales y profesionales para garantizar que, en concordancia con la situación del momento, podamos los barranquilleros disfrutar el éxito de nuestra icónica fiesta patrimonial.

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