Este año se está registrando dos hecho de suma relevancia en la literatura nacional, hispanoamericana y mundial, se trata de la conmemoración de los 10 años del fallecimiento del más grande de los escritores colombianos: Gabriel García Márquez: el 6 de marzo, fecha en la que se ha publicado la obra póstuma de este insigne escritor, En agosto nos vemos, como también se está conmemorando el centenario de la publicación de la obra La Vorágine, del escritor José Eustacio Rivera, que se encumbro en la galería de la literatura colombiana como unas de las más grande y que la critica la acogió con beneplácito.
Hablar de Gabo es caer en un lugar común, nació en Aracataca el 6 de marzo de 1927 y murió en México DF el 17 de abril del 2014, además de escritor fue periodista, descolló en las letras con obras como: El Coronel no tiene quien le escriba, El amor en los tiempos del cólera, Los funerales de la mama grande y la que le dio la consagración universal, Cien años de soledad y en 1982 recibió el premio nobel de literatura y ya en las prometerías de su vida, aquejado de enfermedades nos dejó su legado con En agosto nos vemos, que nos cuenta la historia de Ana Magdalena, una mujer casada que cada 16 de agosto visita la tumba de su madre en una isla del Caribe, en la que tiene encuentros eróticos con distintos hombres, y que se está vendiendo como pan caliente.
Por otra parte, José Eustacio Rivera, se sabe que nació en Mateo – Rivera, Huila, el 19 de Febrero de 1928 y murió en New York en diciembre de 1928, desde joven se distinguió como un talentoso escritor, fue autor de 168 poemas y sonetos donde expresaba su amor por la naturaleza, entre sus obra más importante están Odas de España, La noche negra, Tierra de promisión y la más destacada de todas, La Vorágine, que trata de las aventuras de Arturo Cova en los llanos orientales en búsqueda de su amada Alicia y allí será testigo de la cruel y penosa esclavitud de los trabajadores en la extracción del caucho.
No hay duda que estos dos eximios escritores están posicionados en el parnaso de la literatura universal para orgullo nuestro.
Valmiro De la Hoz