La discusión de las reformas se ha centrado en su perjuicio o beneficio para los usuarios del sistema, pero el acoso del gobierno al Senado para su aprobación solo tiene un motivo: apropiarse de las inmensas fortunas que manejan estos servicios.

El presidente está en campaña para el 2026 y sabe que su derrota está asegurada. Su estrategia consiste en conseguir manejar todo el dinero que se maneja en el país. Esto quedó demostrado cuando en el presupuesto pretendió apropiarse de los giros que tenían destinación específica.

En su imaginación aparece dominando totalmente a la clase política y arrodillado a todos los mandatarios que quieran su cooperación para obras en sus dominios.

Así lo demostró con los Juegos Panamericanos, los que se cayeron por la “negligencia “de la ministra del deporte. En pocas palabras siempre encontrará un culpable para estos montajes.

Si los senadores le aprueban sus reformas es posible que tengamos Petro por bastante rato y el país siga en picada y sucederá algo similar a la debacle de Venezuela en la que todo el pueblo sufrirá lo indecible y el gobierno seguirá la pauta de los dictadores de Cuba y Venezuela culpando de su miseria al imperialismo norteamericano.

Los legisladores deben descubrir la finalidad de esta trama que dejará al gobernante dominando el horizonte económico lo que le permitirá, a base de corrupción, perpetuarse en el poder.

Arturo Baena