Ni Luis Díaz y su histórica titularidad (inédita para un colombiano) en la final de la Liga de Campeones sofocaron el guayabo de los hinchas de Junior por el vergonzoso 4-0 ante Unión de Santa Fe que significó la eliminación de la Copa Sudamericana.
El extremo que surgió en el cuadro rojiblanco no logró fugarse de la firme escolta de Dani Carvajal, fue sustituido al minuto 65 por Diogo Jota y el Liverpool perdió 1-0 ante Real Madrid, en el Stade de France.
Carvajal, con el apoyo de Federico Valverde, protagonista del pase (o remate suertudo) con el que Vinicius anotó el gol del triunfo, se puso en modo impasable ante un Díaz que extrañó el respaldo ofensivo de Robertson (como nunca se ancló en la zona posterior) y que en solitario no tuvo la suficiente inspiración para empujar a los ‘Reds’ hacia la gloria.
Ni Díaz ni Sadio Mané ni Mohamed Salah estuvieron tan iluminados como Thibaut Courtois, el gran héroe de la final de Champions 2021-2022. Salvó seis pelotas con verdadero sello de gol.
Ver a un ídolo tiburón levantando ‘la orejona’ habría alivianado un poco ese mazazo que recibieron los junioristas con ese ridículo e inusitado 4-0. El orgullo de la hinchada está aporreado, maltratado, magullado, moreteado, inflamado, arrastrado, noqueado. Necesitaba un aliento, aunque fuese externo.
Los hinchas del equipo difícilmente podrán levantarse tras ese nocaut del jueves pasado. El equipo no solo perdió un partido por goleada ante un rival sin ribetes coperos, perdió la oportunidad de seguir en la pelea por el soñado torneo internacional, perdió la oportunidad de asegurar ingresos millonarios para sus arcas y, lo que es peor, perdió credibilidad.
Hoy pocos creen que pueda reponerse y ganar la Liga, única cura para esa decepcionante paliza en la Copa Sudamericana. Nada de lo que expliquen Juan Cruz Real y sus irregulares dirigidos, que un día ilusionan con victorias sublimes como el 3-0 ante Fluminense y luego decepcionan con caídas como el 4-2 ante Jaguares o el 1-0 ante Cortuluá, convencerá a sus críticos en estos momentos.
Aunque el técnico tiene responsabilidad, yo le endilgo este fracaso internacional a la base de jugadores que en los momentos cumbres de los dos últimos años ha fallado.
También les ha quedado faltando el centavo para el peso con Luis Amaranto Perea y Arturo Reyes. Por culpa de la falta de carácter, la carencia de ambición y un desempeño mediocre de muchos de estos jugadores (hoy sí, mañana no, después quién sabe), Junior viene protagonizando campañas alegronas y no logra redondear la conquista de un título. Se ha vuelto solo un animador de los torneos. Ahí tienen lo que resta de la Liga para que refuten y demuestren lo contrario.