El término "techo de cristal" hace referencia a las dificultades o barreras, en muchos casos invisibles, impuestas por las organizaciones para impedir que las mujeres accedan a puestos de poder o alta dirección. La característica principal de estas barreras es su imperceptibilidad. En la mayoría de los casos, no existen leyes que protejan los derechos de las mujeres para ocupar cargos que parecen estar reservados exclusivamente para los hombres. La limitación al acceso de las mujeres a los altos cargos del poder es una práctica habitual.

En la rama judicial colombiana, el techo de cristal persiste, las mujeres ocupan una minoría en los altos cargos de la justicia, estas dignidades se encuentran reservadas para ser ocupados en su mayoría por hombres.

Como prueba de lo afirmado, se recuerda a la Dra Fanny González Franco, (q.e.p.d) la primera mujer magistrada en la historia colombiana que llegó a la corte en 1984, siendo lamentablemente asesinada, al parecer por las huestes oficiales a cargo del coronel Plazas, quien justifico su actuar al estar “defendiendo la democracia” durante la toma del Palacio de Justicia en 1985. El legado de la Dra. Fanny González Franco es un testimonio conmovedor una muestra de perseverancia, resiliencia y valentía. Su ascenso a la posición de magistrada fue un hito significativo en un entorno que históricamente había estado dominado por los hombres. Su logro no sólo marcó un precedente trascendental para la igualdad de género en la judicatura, sino que también desafió el concepto del techo de cristal.

En estos momentos, la Corte Suprema de Justicia se prepara para elegir nuevos magistrados con el fin de cubrir las plazas de aquellos que han terminado su período de ocho años de servicio, establecido en el artículo 233 de la Constitución. Hasta el momento, las cortes han estado compuestas mayoritariamente por magistrados de género masculino. Surge la duda sobre si es una práctica del poder judicial tener un techo de cristal. ¿En el proceso de elección actual, habrá más posibilidades de que sean nombrados magistrados aspirantes de género masculino? Esperamos los resultados de la elección para poder concluir si la Corte Suprema de Justicia tiene o no barreras invisibles que impidan que las mujeres accedan a la dignidad del cargo. Al escribir esta columna de opinión, evoco mi recuerdo a la época de la facultad de derecho. Tengo en mi mente la imagen de la diosa Temis, mujer de hermosa figura, que sostiene en su mano derecha la espada y en la izquierda la balanza, con sus ojos vendados, ¡pareciendo que en la mitología griega no existía techo de cristal como si parece en las altas cortes de nuestra época!