Se acerca una nueva final del mayor evento deportivo del mundo, el único evento que realmente es capaz de paralizar al planeta, el mundial en su conjunto es el evento que durante un mes eclipsa a la política y las otras áreas del acontecer diario de las personas y que nos pone a todos a hablar en un mismo idioma.

Pesé a esto, esta final encierra temas políticos que son interesantes de analizar.

Primero. Argentina vive una de las crisis económicas más duras de su historia reciente, la inflación es desmedida y la pérdida del poder adquisitivo es constante, me compartía una colega argentina que la inflación hace que los sueldos puedan llegar a subir hasta un 100% de un año a otro, cada mes la inflación sube y los reajustes a los sueldos es constante para que la pérdida de la capacidad adquisitiva no sea tan fuerte, comprar artículos de tecnología en Argentina es muy caro frente a los precios de la región, un celular un televisor inteligente se vuelven artículos de lujo porque la crisis económica hacen que se hagan realmente impagables, las tasas de interés a su vez hacen que la gente no quiera adquirir deudas grandes y eso frena también la economía. En las calles argentinas se sentía hasta hace unas semanas una tensión frente a lo que venía en el proceso contra la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, y se escuchaban los cantos cerca a la casa Rosada, "oeee oaaaa si se meten con Cristina que quilombo se va a armar".

Con este contexto es que llegó la selección al mundial, por eso es que el arquero el Dibu Martínez y otros jugadores de la selección al dar las declaraciones al final de los partidos siempre dicen que esto lo dedican al pueblo argentino pese a la situación económica y lo que se está viviendo.

Segundo. Por el lado de Francia pese a que Marine Le Pen perdió en abril de este año las elecciones con Emmanuel Macron, los discursos nacionalistas, racistas y de xenofobia que ella lidera sigue ganando adeptos, dentro de la extrema derecha francesa se sigue impulsando el discurso que la Unión europea ya no es buen proyecto para los franceses y que al igual que el Reino Unido deberían salir de la Unión, pese a lo ilógico que es este discurso cada vez toma más fuerza, además porque va acompañado con el de la seguridad, donde culpan de todos sus problemas a los migrantes que llegan por el mediterráneo.

Y aquí es donde se da la contradicción que plantee en la columna pasada, en estos días los franceses gritan los goles de Mbappé y los chicos de la selección francesa donde casi todos son negros hijos de migrantes africanos, pero en las calles y en los discursos les siguen diciendo a esos africanos que se vayan del país.

El miedo de muchos es que en estos años este discurso del odio se siga consolidando, Le Pen ya llegó dos veces a la segunda vuelta presidencial y su movimiento toma más musculo, ahora otro factor de riesgo es la llegada de Giorgia Meloni como primera ministra en Italia, se va configurando un tablero geopolítico y de odio muy peligroso en Europa.

Como ven detrás de la final hay muchas historias, el fútbol es un bálsamo que nos saca por unas horas y por unos días de nuestra realidad, que como les acabo de contar no pinta nada bien ni para los unos ni para los otros, por el momento esperar a que ruede el balón.

@nestorrosania