Recuerdan el escrito de Gabriel García Márquez: el cuento del gallo capón? Comparativamente, esta historia es muy parecida al tema del acceso al canal navegable del puerto de Barranquilla, ¿no les parece?
Los recurrentes eventos, con historia de más de tres lustros, demostrados sobre las pérdidas del acceso a los puertos en Barranquilla, junto con los incumplimientos de los compromisos del orden nacional, departamental, distrital, público o privado, continúan limitando las posibilidades para atender ingresos o salidas de buques con características técnicas y capacidades para transitar por el río Magdalena, en especial por las profundidades requeridas.
Recordemos que para disminuir costos de fletes o transportes, las naves incrementaron hace algunos años su capacidad, requiriendo mayor profundidad para su navegabilidad y también incrementaron el largo o eslora. Barranquilla participó del comercio internacional desde un puerto ubicado sobre el mar en un municipio cerca, Puerto Colombia, y posteriormente decidió trasladar el muelle ubicado sobre el mar a la desembocadura del río Magdalena.
La ubicación geográfica de Barranquilla es estratégica y debería ser el epicentro de la carga internacional y de la nacional por la comunicación a través del río con otros departamentos de Colombia. Sin embargo, el impedimento en la navegabilidad es la constante tarea sin solución inmediata, pero con muchos estudios, diagnósticos e indecisiones.
Otro factor que influye, además de la capacidad en las naves, es el acompañamiento de tecnologías en su componente logístico, permitiendo un sinnúmero de herramientas que perfeccionan el manejo y optimizan en las operaciones de comercio exterior, incorporando al movimiento del tránsito óptimo de buques con eficiencia y competitividad.
Los estudios y diagnósticos de los expertos concluyen que la competitividad requiere, entre otros aspectos: oportunidad, calidad y precios; los impedimentos en el canal de acceso al puerto de Barranquilla conllevan a que líneas marítimas a falta de garantías no permitan su arribo, afectando la calidad requerida. De igual manera, la variable por un sobrecosto en los procesos de aligeramiento de carga que se realizan en otros puertos diferentes al de Barranquilla nos deja por fuera del mercado competitivo.
Las autoridades locales y nacionales, así como las entidades públicas y privadas, buscan soluciones parciales, desesperadas y sin planeación, en algunos casos, para activar el acceso al canal navegable; pero los estudios, soluciones planteadas, diagnósticos y un centenar de buenas y regulares ideas, producen en el entre tanto la pérdida de confianza ante el escenario mundial.
Mientras el mundo del comercio exterior planifica y ejecuta su competitividad a través de clúster logísticos, el desarrollo de nuestras competencias se circunscribe en tratar de dar navegabilidad al río Magdalena, que por condiciones naturales se encuentra limitado al acceso de buques de gran calado. Mientras el mundo continúa su desarrollo comercial, al parecer seguiremos observando el pasar del progreso de comercio exterior, sin definir y o explorar grandes proyectos para insertarnos como alternativas en dicho contexto.