Iniciamos el mes de diciembre y creo conveniente sugerirles que esta sea época de perdón y reconciliación. Las relaciones en general, y la de pareja en especial, viven frecuentemente situaciones en las cuales hay que pedir perdón. Y muchas veces hay que insistir y pedir perdón no una, sino varias veces, para conseguir que la otra persona realmente perdone y pase la página.

Los expertos señalan que hay 5 puntos básicos para pedir perdón:

1- Arrepentimiento. Es importante decir “lo siento…” expresar que te sientes mal por lo que ocurrió, que te arrepientes de las cosas que hiciste. Entre más específico seas al describir lo que paso, mejor. Hay personas que nunca logran ser perdonadas, y a la primera situación irregular vuelven a ser confrontadas con las faltas anteriores, porque nunca mostraron arrepentimiento por haberse comportado mal. Dicen: “tú nunca olvidas lo que hice”, pero mejor deberían pensar: “no me han perdonado realmente porque yo no he mostrado arrepentimiento”.

2- Responsabilidad. Hay que reconocer que eres responsable de las acciones equivocadas, que tú actuaste mal. Hay personas que necesitan aprender a reconocer sus errores. Son seres humanos que fueron criados en hogares donde había mucha violencia física o psicológica. Su reacción ante esta situación fue aprender a negar siempre sus errores y no reconocer las culpas. No reconocer los errores impide que se dé el perdón.

3- Reparación. Preguntar: ¿Qué puedo hacer para desagraviar lo que te hice?, ¿cómo puedo enmendar mi error?. No basta con reconocer la responsabilidad por los errores cometidos, también es importante plantear claramente el deseo de reparar los daños causados. Muchos matrimonios viven una constante tensión a partir de una acción inadecuada porque nunca se expresó el deseo de hacer algo para desagraviar a la persona ofendida.

4- Compromiso de no repetir la acción equivocada. Expresar el deseo y la intención clara de no volverlo a hacer. Entre más específico seas al describir lo que te comprometes, mejor. Si puedes escribirlo y firmarlo, mucho mejor.

5- Pedir perdón explícitamente. Preguntar: ¿Me perdonas, por favor? Y esperar que la otra persona diga que sí perdona la ofensa recibida.

Casi todos los especialistas están de acuerdo con que perdonar es soltar la rabia y el resentimiento para dejar que nos invada la tranquilidad y la serenidad. Esto modifica drásticamente nuestras hormonas y neurotransmisores.

Como les he escrito muchas veces, perdonar no es justificar los comportamientos negativos o dañinos. Es dejar de sufrir por culpa de esas acciones inadecuadas. Una paciente cuyo esposo la engañó con una de sus amigas, no podía vivir tranquila por culpa del resentimiento. Cuando lo perdonó, pudo volver a dormir tranquilamente. Perdonar no es dejar que te hagan daño o violenten tus derechos. Tú puedes tomar las medidas necesarias para cambiar una situación inadecuada o para proteger tus derechos. Pero el perdón te ayuda a no sufrir los resentimientos que esa situación podría producirte hasta el final de tus días.

Perdonar no es actuar como si todo estuviera bien, cuando tú sabes que está mal. Perdonar no te impide expresar lo que sientes que no está funcionando bien, pero lleva a decir las cosas con tranquilidad, sin amenazas y sin sufrimiento.