El presidente Petro denunció en el Consejo de Seguridad de la ONU el incumplimiento del Acuerdo con las Farc, aduciendo que el gobierno Duque quiso hacerlo trizas y el actual no ha logrado el Pacto Nacional por culpa de la mitad del país que se opone a la paz, lo cual no es cierto, para reconocer, al final, que no hay plata para implementarlo.

La relectura del Acuerdo me confirmó la ilegitimidad de esa negociación, no por haber negociado, sino porque, bajo él “nada está acordado hasta que todo esté acordado”, se pretendió construir un país nuevo con el grupo narcoterrorista que lo atacó durante décadas.

Se negoció la reconstrucción del campo con quienes lo destruyeron; el ejercicio de la política y la participación en la democracia del grupo que quiso derrocarla; la lucha contra organizaciones criminales con una de ellas y la política antidrogas con un grupo narcotraficante; se negociaron la verdad, la justicia y la reparación, con solo la mitad de la verdad, la justicia con impunidad y la reparación en veremos.

Se negoció todo, y por eso el incumplimiento, porque se abarcaron todas las responsabilidades del Estado bajo el enfoque de las Farc; y asumirlas es obligación del Estado, aún sin acuerdo, pero bajo el enfoque del interés general expresado a través de las instituciones democráticas.

Hay también una mirada miope del incumplimiento. Las Farc incumplieron. Dejaron disidencias y renegados, incluido su jefe negociador. No revelaron rutas ni contactos del narcotráfico; no devolvieron tierras, que hoy el Gobierno necesita para reforma agraria; no repararon víctimas.

¿Dónde quedó la mitad de la verdad? Le entregamos a la Comisión dos tomos sobre víctimas ganaderas que fueron ignorados. ¿Por qué la JEP no ha proferido una sola condena, así sea con penas restaurativas de impunidad disfrazada?

En aras de la coherencia reitero mi rechazo al fast track que le usurpó al Congreso sus facultades, y estoy en desacuerdo con una prórroga del Acuerdo, que el Estado no necesita para cumplir sus obligaciones.

Pero también reconozco puntos de acuerdo: El narcotráfico es la causa principal de la violencia, aunque también sea resultado de las concesiones al imperio de la ley. Hay gran hipocresía sobre las drogas, con gran asimetría entre un país que pone la degradación de sus instituciones, los muertos y la violencia, y una comunidad internacional permisiva con las mafias en sus países.

Estoy de acuerdo en que la solución es la inclusión de los territorios al desarrollo, porque “La paz pasa, necesariamente, por la recuperación del campo”, siempre incumplida… Ahora mismo, 350 mil productores de leche podrían ser empujados a la ilicitud, si no hay soluciones a sus problemas.

@jflafaurie