La historia de Mirabel y de la familia Madrigal, con sus dones mágicos, la casa encantada, los bellísimos paisajes y su música, ha fascinado a los niños y al resto de familia, como me sucedió cuando tuve la oportunidad de verla acompañado de hijos y nietos y quedar maravillado con su lindo mensaje de valores, su colorido, su musicalidad y los elementos de la animación. Es un filme inspirado en Colombia, su gente, su cultura, su geografía y su biodiversidad y que, incluso, contó con las voces de un amplio número de cantantes y actores colombianos.
Por esas singularidades, valores y costumbres que evidencian ante el mundo lo complejo y, a la vez, lo maravilloso que puede ser nacer y vivir en nuestro país, es grato saber que la producción fue nominada a tres premios Óscar como mejor película animada, mejor música original y mejor canción original. La ceremonia de premiación será en marzo. Ese día los colombianos haremos fuerza para que, además de las estatuillas, se reconozca y resalte la colombianidad.
Como bien lo mencionó la reconocida actriz María Cecilia Botero, cuya voz le dio vida al personaje de la abuela Alma Madrigal, “la película tiene muchos mensajes, lo fundamental es el tema de la familia, pero, al mismo tiempo, lo podemos aplicar a todo el país”. En ella se resaltan valores de la mujer colombiana como la resiliencia, la fortaleza y la decisión ante problemáticas históricas como el conflicto armado, el desplazamiento forzado y la violencia intrafamiliar. De hecho, con base en datos del DANE, de las más de 23 millones de mujeres en el país, el 53 % son madres cabeza de familia.
La película nos invita a la unión familiar y al apoyo entre la comunidad como eje de la buena convivencia y medio idóneo para afrontar con éxito los problemas. También transmite la importancia de valorar el don de gentes, caracterizado por la solidaridad, la empatía, la sensibilidad, entre otros, del que es portadora Mirabel, por encima de las cualidades mágicas que recibieron sus hermanos y familiares como el don de curación de su madre, las visiones de Bruno, la fuerza de Luisa, la perfección de Isabella o la capacidad de mutar de Camilo.
Igualmente, exalta comunidades y entornos reconocidos como patrimoniales tales como Barichara, Cartagena, Salento, Villa de Leyva y el Valle del Cocora, entre otros. Así mismo, nuestros aires musicales y la vestimenta y accesorios típicos de algunas regiones como el sombrero vueltiao, el poncho, las alpargatas, la mochila wayuu y los trajes típicos de Santander.
Otro mensaje es la necesidad de superar el dolor y los traumas por los terribles hechos que cada quien haya vivido, en diferentes circunstancias, pues la amargura que se puede llegar a cargar termina llenando de dureza el corazón y deteriorando las relaciones familiares, como le pasó a la abuela en su afán por proteger a los suyos.
Gocemos este bello filme que muestra a Colombia como un país biodiverso y con una gran riqueza cultural y humana, expresivo de nuestra realidad y que, por ello, merece el aplauso de todos.