Se aproxima una de las festividades más importantes del cristianismo, el 25 de diciembre se conmemora el nacimiento de Jesucristo en Belén.
Tengo sentimientos encontrados con la Navidad. Creo que Jesús de Nazaret en su corta vida entre los terrenales dejó una herencia invaluable para la humanidad; sin embargo, su lucha contra los mercaderes hoy está perdida, pues el mercado lo domina todo.
Este es el momento en que, sin control, gastamos el dinero que no tenemos, en objetos que probablemente no necesitamos. Es el peor momento del consumismo que nos impulsa a comprar más y más; y el cariño a nuestros hijos, a la pareja, a los amigos, se mide por la calidad del regalo que les hacemos.
Por razones del destino, muchos amigos me pidieron que fuera padrino de uno de sus hijos. Navidad para mí era un tormento. Me iba al SAO, compraba muñecas para las niñas y balones de fútbol para los niños. Pienso que con el discurso de género más temprano que tarde compraremos muñecas para los niños, y balones para las niñas.
Los regalos no tenían el efecto esperado. Uno de los compadres me llamó molesto y me dijo: “Pepe Amar, tres años le has regalado la misma muñeca a tu ahijada”; y otro me dijo: “¿Cómo quieres que te explique que a mi hijo no le gusta el fútbol?” Tomé la sabia decisión de no hacerles un regalo más, porque también con el consumismo los niños tienen otra relación con los regalos. Lo único que les interesa es poseerlos, una vez obtenidos pierden el interés, la alegría les dura solo un rato.
Muchos niños hoy prefieren el nuevo mundo de los videojuegos, sin que sepamos claramente cómo estos afectan el cerebro, ya que algunos plantean que promueven la creatividad y el bienestar general, mientras otros estudios nos dicen que generan problemas de atención y un mayor riesgo de desarrollar depresión y ansiedad.
El segundo conflicto es que la Navidad es un llamado a profundizar el vínculo emocional entre los humanos, la familia, los amigos; sin embargo, en el mundo hay una epidemia de soledad. Muchas personas tienen dificultades para establecer vínculos y este es el día más triste para ellos. ¿Sabía, amable lector, que el 24 de diciembre es el día de mayor cantidad de suicidios en el mundo cristiano?
Barranquilla es una ciudad de migrantes: la mayoría dejó atrás su historia y sus vínculos, para construir una nueva vida. Los días de navidad son también días de nostalgia por la familia lejana, por los recuerdos guardados, por los vínculos perdidos.
Lo más bueno de esta fiesta del mundo cristiano, es recorrer nuevamente la vida de Jesús de Nazaret; su ejemplo de vida nos demostró su grandeza en la gloria y en la adversidad.