Roberto Hinojosa: un mediocampista de muy buen manejo del balón con su pierna izquierda. Fino para el toque y poseedor del clásico andar de la mayoría de los volantes organizadores del medio colombiano: pausado, intermitente, preciso en el pase, inconstante en el ritmo.

Con su buena técnica y visión de juego, es capaz de habilitar a sus compañeros y dejarlos en mejor posición.

Su falta de compromiso con otras responsabilidades que se tienen en el fútbol profesional, no le ha permitido imponer esas buenas condiciones que se le advierten y que hace notar por momentos en algunos partidos. El Junior se le presenta como una gran catapulta para impulsar definitivamente ese talento.

Fabián Cantillo: por ahora lo identifican como el “otro” Cantillo. Su desafío es lograr que lo reconozcan por sus virtudes y rendimiento. Es un volante de buen nivel técnico, que conduce con pericia la pelota, que recorre en el ida y vuelta y con cierta naturalidad la franja izquierda.

Una especie de cuarto volante por esa zona haciendo un poco de todo: colaborando en tareas de recuperación, iniciando el avance, acompañando y hasta visitando el área rival. Su liviana contextura genera prejuicios en la mirada inicial que él rebate con su despliegue en la cancha.

Bryan Castrillón: delantero que se mueve con velocidad por derecha o por izquierda. En sus anteriores equipos dejó señales de esa rapidez y atrevimiento para retar a sus marcadores. Pero no dejó certeza de su continuidad y alto nivel. En él hay un potencial competidor, por características, para Enamorado y Caicedo, pero tendrá que darles efectividad para alcanzar el lugar que ocupan estos.