"El mayor de todos mis miedos, generalmente el único que me preocupa, es el miedo al ridículo... soy terriblemente tímido. Me aterroriza presentarme en público, hablar, entrar en un salón lleno de gente".

Estas son palabras expresadas por Gabriel García Márquez en un artículo titulado el escritor en su laberinto en el año 1996. De este miedo escénico del premio Nobel leyó Jorge Valdano y lo futbolizó para describir el terrible desajuste que se producía en el sistema nervioso de los rivales del Real Madrid en los años noventa cuando visitaban el estadio Santiago Bernabéu en las competencias europeas, en las cuales llegaban con ventaja en el marcador y, entre la calidad de los jugadores del equipo blanco y el insoportable ambiente en las tribunas, el Madrid remontaba y los eliminaba.

El pasado jueves, Atlético Nacional vivió en Argentina el famoso miedo escénico. En el partido de ida, en Medellín, había vencido al Racing cuatro goles a dos, pero no pudo sostener la diferencia y cayó derrotado tres a cero.

No se trata de un miedo físico, el temor a ser golpeado o lesionado, no. Tiene que ver con un terror a equivocarse, es un miedo que paraliza, que no permite tomar la iniciativa, acudir rápido al auxilio de un compañero, acompañar con determinación y lucidez las jugadas.

Es un temor que endurece las piernas y ralentiza los reflejos. Que adormece la agresividad, que hace llegar tarde a los rebotes, a perder en los saltos, a deshacerse del balón de cualquier forma. Nacional fue incapaz de hacer un remate directo y con algún grado de peligrosidad durante todo el partido. Fue a Argentina solo a hacer de sparring de Racing. Qué lánguida imagen dejó uno de los equipos más representativos del fútbol profesional colombiano.

En cambio, el que ha sido una enorme y agradable sorpresa es el Pereira que, con una reducida y modesta nómina, y en su primera participación en este certamen sudamericano está en cuartos de final. Extraordinaria campaña. E inolvidable para sus hinchas.

Se enfrentará a un grande del continente, Palmeiras, y nueve de diez hinchas del fútbol dirán - diremos- que clasificará el equipo brasileño. El otro es de Pereira. Se vale soñar. Es fútbol...