Con un gobierno inepto que sólo promete mas impuestos a las clases medias dizque por que ya somos un país de clase media alta en medio de las masivas exenciones a las grandes empresas, un paro armado del ELN que semiparaliza al país y los escándalos diarios de las élites gobernantes con sus afirmaciones ridículas y usos abusivos de nuestros impuestos, no sorprende que los barranquilleros hagan catarsis volcándose sobre el Carnaval. Allí tenemos ilusiones cuando vemos a nuestras elites desfilando en sus lujosas comparsas junto al pueblo, la única vez en que se “juntan”, y el Alcalde Pumarejo desfila con los ex habitantes de la calle en la Guacherna Me recordó al emperador Cómodo en Roma cuando se disfrazaba de gladiador para ganarse el favor del pueblo.
Pero el último Informe de Barranquilla Como Vamos (BCV), basado en la Encuesta de Percepción Ciudadana del 2019, nos indica donde estamos realmente, desde el 2008. La Percepción no necesariamente coincide con la realidad, pero ayuda a ver problemas. Este proyecto hay que seguirlo apoyando, y es preocupante que algunas fundaciones anuncien su retiro, mientras Sura y la Fundación Santodomingo entran a soportarlo. Espero eso no suceda con la Fundación Promigas, tan vital para la ciudad.
Según BCV, en el 2019, cayó al 74% la percepción sobre el buen camino para la ciudad, frente al 87% del 2018. Apenas el 38% de los barranquilleros consideró que su situación económica había mejorado, cayendo en un 7% frente al 2018. Los hogares que se consideran pobres subieron a niveles del 29% y 28% en localidades del Sur. Sólo un 43% es optimista con el futuro de la ciudad, aunque los estratos altos son mas optimistas (55%). La educación y salud van bien pero apenas un 20% de colegios públicos está en categoría A+ frente a un 58% de los privados. La calidad todavía tiene sello de privilegio. La seguridad también tiene un sello de estrato: En los estratos bajos sólo el 40% se siente seguro en sus barrios, mientas que en los estratos altos, el 84% se sienten seguro. En la ciudad, el atraco callejero es el rey. En los parques, a pesar de los esfuerzos se observa lo mismo: la satisfacción en los estratos bajos es del 44% y en los altos un 84%.
La sociedad civil sigue siendo débil: el 82% en nada participó en actividades ciudadanas. Sorprende a su vez que el 77% se muestre satisfecho con la oferta cultural, en medio de la crisis que vive el sector con la situación de sus museos a pesar de los recursos billonarios del Distrito. No todo es concreto. El Transmetro languidece con un 5% de participación en la movilidad. La insatisfacción con ruido y basuras combinadas con escombros solo refleja la debilidad del estado local.
Nadie duda que la inversión pública de la ciudad en infraestructura y en lo social ha crecido, pero toca mirar el endeudamiento creciente en vigencias futuras y pasivos que afecta la capacidad fiscal del Distrito. Las inversiones en la Loma están en peligro de perderse ante los rumores que nada se hará allí, el avance de la sedimentación del rio y un puente levadizo que a nada conduce. Los barranquilleros reclaman empleo, seguridad, salud y educación de calidad. De pronto no tanta ciudad “bella” sino menos ciudad “excluida”.