Me produjo algo de risa la foto del empalme entre el gobierno saliente distrital actual, con el equipo del nuevo alcalde, Jaime Pumarejo. Uno pensaría que se podrían ahorrar estas ceremonias pues es un empalme de ‘yo con yo’, dada la absoluta continuidad política y de equipos de trabajo. Sin embargo, hay que cumplir los rituales de ley, y se espera que hagan un trabajo acucioso sobre lo que van a recibir a partir del 1º de enero/20. No deja uno de inquietarse cuando el nuevo alcalde nos sigue hablando de sus proyectos en videos maravillosos, donde lo digital nos deja deslumbrados con el tren ligero del centro de Barranquilla al aeropuerto, el Río Bus y el nuevo Puerto Madero que se haría en Mallorquín, así como el famoso Superpuerto. Si estos proyectos se fuesen hacer por cuenta y riesgo de avezados empresarios privados, no me preocuparía en absoluto. Se rumora que ya se están diseñando en las oficinas de contratistas que sin duda se ‘ganarán’ esas licitaciones. El problema es que todos comprometen recursos públicos fiscales del Distrito y el palo no está para cucharas. La economía colombiana crece muy lento y no genera mayor empleo, elevándose las tasas de desempleo en el país, fenómeno que se enmascara en la ciudad con un 56% de informalidad. Me llegan preocupaciones del sector construcción, hoteles y empresas que sienten que las cosas no están bien en la ciudad.
Mis inquietudes aumentan cuando examino el proyecto del presupuesto distrital del 2020 por $3,68 billones. Aunque sus ingresos tributarios son de $1,55 billones, muchos de estos recursos están comprometidos en concesiones y empresas de economía mixta creadas por la actual Alcaldía (estampillas, avisos y tableros, alumbrado público, etc.) Los recursos claves como impuesto predial e industria y comercio, solo llegan a $891,6 mil millones, pero para deuda hay que apropiar $292.179 millones mas vigencias futuras del 2020 por $76.335 millones. Recordemos que estas van hasta 2035 por casi $3 billones. Si a eso le añadimos las inflexibilidades presupuestales por $192.600 millones, ¡ya están comprometidos $561.114 millones! Una suma mayor que el predial se va en deudas y transferencias obligadas. Por ello es que apenas se dice que se van a prestar el año entrante $100.000 millones, ¡y se sueña con que Duque nos va ayudar con cofinanciación de $305.000 millones! Con los problemas fiscales de la Nación soy algo escéptico, a pesar de la invitación del Sr. Pumarejo al presidente de “marchar juntos” en su visita a Palacio. Ahora, si uno mira los balances del Distrito a junio 30/19, se preocupa de ver pasivos corrientes por $1,46 billones, además del salto en la cuenta de financiamiento de largo plazo en un 50%, pues en un año pasó de $921,4 mil millones a $1,38 billones. Ello indica que Pumarejo no va a tener mucho espacio fiscal para sus video-proyectos. ¿Será por eso que se rumora una futura emisión de bonos distritales de deuda? La olla está raspada y si yo fuera del empalme de Pumarejo me preocuparía. Pensaría en movilidad y seguridad, que mucho nos preocupan, empleo y nuestra desolada cultura distrital.