Estoy viendo el juego, el Junior gana 1-0 al América. A los 36:28 del segundo tiempo, Carrascal va a levantar un tiro libre desde el sector izquierdo. Carmelo Valencia está parado al borde de las 18 yardas en posición defensiva junto a siete compañeros más y cuatro del América esperando el balón aéreo.

Carmelo cabecea el balón hacia atrás cayéndose y queda en poder de Viera a los 36:30. Valencia se pone de pies cerca a la semicircunferencia del área del Junior y lo veo emprender carrera a lo Usain Bolt, a los 36:32, de frente al arco de Eder Chaux.

Viera observa la veloz carrera y aguanta su saque hasta cuando Carmelo ha pasado por la bomba central y se pone a la par de Teófilo a 30 metros del arco rival. Carmelo, de espaldas, se da cuenta que llega el balón porque ve que Teófilo hace el movimiento para levantarse y cabecear con Velasco.

Entonces, Carmelo ha apretado su zanco. A los 36:42 Teófilo ya “peinó” de manera perfecta el balón hacia adelante donde sabía que llegaría Valencia que no ha parado de correr.

Y efectivamente allí ha llegado con tiempo y espacio el veloz Carmelo Bolt. El balón da un bote dentro del área y Carmelo da la zancada final y le pasa el balón por encima a Chaux con pie derecho, como pateado por el mismo dios del fútbol, dejando atrás a Segovia que será el primer espectador del golazo.

El balón se eleva y comienza a caer. Chaux llega tarde al encuentro con Carmelo que le he pasado de largo, sin dejar correr, y quitándole la vista al balón con la absoluta seguridad que es el gol del título. Es el minuto 36:45 de la segunda parte. Quince segundos y 80 metros después, el golazo del título responsa en el arco del América.

Veo a Carmelo seguir en veloz carrera, quitarse la camiseta, gritar desaforado, brincar con la felicidad de un niño, levantar la camiseta por los aires, lo veo incontenible hasta cuando Ditta ha llegado a su encuentro y se abrazan como para la eternidad, veo sumarse a todos los jugadores del banco y después a Hinestroza, Fuentes, Teófilo, Cariaco y todos haciendo “el que crezca la pila”. Viera, el gestor de la jugada sólo puede verlos desde la distancia.

El mismo Viera que ha cerrado con broche de oro la noche, al segundo final del juego, cuando voló a encontrarse con un balón cobrado por Ramos que su puño despejó mientras en Montevideo su madre y su hermano se abrazaban ahogados en llanto.

Un gol de Hinestroza, un golazo de Carmelo y una volada de Viera. Tres instantes maravillosos de una Superliga que no olvidaremos…