Actualmente en Colombia el principal método de focalización del gasto social es el SISBEN que, mediante la recolección de información reportada por los hogares, estima sus ingresos y los clasifica en categorías de niveles socioeconómicos: desde los que se encuentran en pobreza extrema (clasificación A) hasta los que ya han superado la vulnerabilidad (clasificación D).

Las entidades del Estado que cuentan con programas de gasto público social, como transferencias monetarias, créditos de vivienda o ayudas en especie, por ejemplo, necesitan una herramienta para identificar a los beneficiarios, dado que su presupuesto es limitado y, para eso, usan el SISBEN. Planeación Nacional, entidad encargada de la consolidación de la información, les reporta quiénes son y en dónde se encuentran.

Así pues, es la herramienta con la que cuenta el Estado para garantizar que el gasto público social sea eficiente y progresivo. Sin embargo, no está exenta de cometer errores. El director del Departamento Nacional de Planeación, Jorge Iván González, reveló recientemente que 1,1 millones de personas se encuentran actualmente mal clasificadas en el SISBEN: aunque por la información que reportaron son clasificadas en el grupo A, de acuerdo con la información de registros administrativos es posible comprobar que sus condiciones son diferentes y que deben ser reasignados a otras categorías.

Este tipo de verificaciones de la información mal reportada e identificación de errores de inclusión y exclusión son las que permiten hacer los registros de hogares alimentados por registros administrativos. Planeación Nacional ha consolidado dicho sistema con 32 bases de datos nacionales y casi 900 bases administradas por autoridades territoriales, con lo cual hoy cuenta con 55 millones de registros relacionados con salud, educación, empleo, vivienda y transferencia monetarias.

El propósito de contar con un registro como estos es el de aumentar la efectividad del gasto público social, el cual ya se ha comprobado que tiene un impacto importante en el mejoramiento de las condiciones de vida de las personas. Por ejemplo, en 2022, de acuerdo con los datos oficiales de pobreza, las ayudas y transferencias monetarias redujeron la incidencia de la pobreza extrema en 4,6 puntos porcentuales (sin ayudas la pobreza extrema nacional habría sido de 18,4%, mientras que gracias a las ayudas fue del 13,8%).

Colombia necesita hacer más eficiente y progresivo el gasto público social, lo cual pasa por el camino de depurar el SISBEN: identificar y corregir los errores de inclusión para que los recursos públicos le lleguen a quienes más los necesitan.

*Director de Desarrollo Social del DNP.