Se estrenó este 24 de diciembre por Netflix y ha causado un gran revuelo con posiciones muy contrarias al respecto, lo cual es suficiente aliciente para verla este fin de año porque ha creado tal cantidad de comentarios que plantea la reflexión para todos.

El asunto es la vieja amenaza que hay alrededor de la posibilidad de un cometa que se acerca a la Tierra y puede significar el fin de la vida de todos nosotros. Lo que nos lleva a la pregunta lógica de qué haría cada uno ante esa realidad sobre la que no tenemos ningún control y ante la cual no sabríamos qué hacer.

Algunos dicen que es “humor negro” (cómo me molesta esa expresión) sobre un asunto muy serio, como si el “humor blanco” fuera mejor para expresar esa gran preocupación ante la cual se plantean soluciones como lanzar una nave con un cohete cargado de explosivos para dispararle al cometa y solucionar el asunto. En mi ignorancia cósmica no sé si esa sea una buena solución o estamos creando número variable de pedazos de cometa que igual causarían el mismo efecto devastador; es que somos tan vulnerables en medio del cosmos que no tenemos seguridad de nada.

Hay antecedentes en la prehistoria de la Tierra acerca de este tipo de situaciones, para los que creemos en la evolución y que es una de las explicaciones de la desaparición de los dinosaurios y el inicio de una era de crecimiento de los seres humanos una vez cambiaron las condiciones atmosféricas y la supervivencia.

Pero el mundo es completamente diferente ahora, repleto de depredadores de todo tipo que han hecho de la vida en nuestro planeta un sitio muy difícil para vivir desde la constitución de los Estados con sus leyes y normas en las que ha proliferado la consigna de la ley del más fuerte y el dominio de unos sobre otros por acción de esas fuerzas igual de devastadoras que el impacto de un cometa.

Hay mucha gente que mira para arriba esperando la intercesión divina que acabe con su sufrimiento infringido por otros seres humanos, en un proceso, precisamente, de deshumanización que sólo esperan a cambio la llegada de un cometa que acabe con todo.

Otros, prefieren mirar para otros lados y fingir demencia para decirse a sí mismos que es un mundo perfecto y que vale la pena seguir así, como los que piensan, por ejemplo, que Colombia es uno de los países más felices del mundo y que no hay razón para cambiar el estado de cosas. No los critico, pero sí me gustaría que miraran para arriba porque la indiferencia o la mentira de la cual se alimentan no es razón suficiente para salvar la Tierra.

Pienso en mí mismo ante una situación así y no se me ocurre dónde meterme para esconder la realidad de una amenaza para el planeta. No hay cama pa´ tanta gente.

Pero no quiero ser fatalista este fin de año a pesar de todas las condiciones adversas. Viene un año difícil para este país en el que decidiremos qué será de nuestra vida nacional antes del impacto de cualquier cometa. Con toda seguridad, veré la película y decido mirar hacia arriba para verle la cara al tal cometa que quiere acabar con nuestra mentira.

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