Uno de los proyectos más grandiosos y esperados de Hollywood era la biografía del líder militar francés Napoleón Bonaparte, recién estrenada en los cines, donde merece ser apreciada plenamente debido a su espectacular puesta en escena y su impactante banda sonora, lo más relevante de la película.
Bajo la dirección de Ridley Scott, la cinta inicia en 1793 con la Revolución francesa y la ejecución de María Antonieta en medio de un tumulto de gente vociferante. Posteriormente abarca todas las batallas que Napoleón libró hasta su exilio y muerte en la Isla de Santa Elena en 1821.
Aunque el proyecto original tiene una duración de 4 horas y 10 minutos, que probablemente veremos cuando pase a la plataforma digital de Apple que la produjo, la película que se muestra en cines es más breve, con una duración de 2 horas y 40 minutos, lo que hizo que se implementarán varios cortes.
La recreación de las batallas, comenzando con el sitio de Toulon, es grandiosa y gráfica, exponiendo situaciones de extrema violencia en diversos escenarios, como la lucha en el desierto en Egipto o la batalla donde derrocó a los rusos y los austríacos sobre una alfombra de hielo en Austerlitz, que sirvió de helado sepulcro para muchos.
Las escenas de las batallas, que en un momento pueden volverse repetitivas, se entrelazan con momentos de la vida personal de Napoleón, representando su relación con Josefina a través de la extensa correspondencia que hubo entre los dos. Aquí se revela algo de lo contradictorio del personaje, quien, de gran guerrero, pasa a ser algo infantil, torpe como amante y celoso como esposo, hechos que disminuyen su imponente figura de guerrero.
Es en este contexto de lo personal donde la película parece quedarse corta, ya que no se convierte en una verdadera sátira ni realiza un análisis profundo de las decisiones políticas que se tomaron en cada momento, como la de convertirse en emperador.
A pesar de estas limitaciones, el filme tiene aciertos notables, en especial las actuaciones de Joaquín Phoenix en el papel protagónico y Vanesa Kirby como Josephine de Beauharnais, la esposa de Napoleón.
Napoleón también ha sido objeto de críticas en Francia debido a las imprecisiones históricas, que, aunque podrían considerarse licencias del director, le restan credibilidad dada la magnitud del proyecto.
Para los admiradores del cine épico y del propio personaje, la película ofrece un grandioso espectáculo y abundante tema de discusión.