La juntanza Caribe es sinónimo de relatos únicos, magia, esperanza, resistencia creativa y amor genuino, en el encuentro propiciado por Compartamos con Colombia en Barranquilla, pudimos estar entre diversidades universales, diferencias potenciadoras y una integración de saberes empíricos resultado de experiencias desafiantes que cada uno colecciona en su maleta de historias.

Todos y todas representando organizaciones – atrevidas- que no se rinden ante nada, haciendo de las sonrisas el acto más disruptivo y revolucionario, asumiendo la mayor entereza para romper paradigmas (empobrecidos), racistas o discriminatorios, de quienes deciden ser activistas y crear fundaciones o colectivos de incidencia social y cultural.

Definitivamente cuando las aguas se juntan se crecen y ese encuentro caribe demostró lo inquebrantables que somos cuando tejemos alianzas y reconocemos la grandeza de potenciarnos incluso desde las diferencias, cuando entendemos que no somos competencias sino fortalezas, que al final desde diversos caminos y formas anhelamos lo mismo, un mundo habitable, equitativo e igualitario desde el marco de la garantía de los derechos.

Los relatos nos hicieron transitar por La Guajira, el Cesar, Magdalena, Atlántico, Bolívar, Córdoba, Sucre y por cada rincón de la ruralidad y realidad Caribe que supera toda ficción; nos regalamos una poderosa catedra existencial de resiliencia, creatividad, sanación que nos conduce a seguir haciendo consciente el poder que somos y que tenemos, a continuar creyendo que el camino si es el arte, el deporte, la cultura, la gastronomía, la ancestralidad y la identidad, la interseccionalidad y la inclusión y que no hay otra opción, sino la de entendernos y respetarnos como diferentes y libres, desde las diversidades étnicas, sexuales, sociales y de todo tipo.

El caribe es un reservorio inagotable de magia, cultura y creatividad transformadora, es una tierra que no se rinde, que se reinventa, que danza, canta, cocina, teje, emprende, cuida al planeta, resiste, revoluciona, crea, transforma, ese es el Caribe inmenso de las cantaoras, las matronas, las sabedoras, de los relatos exóticos y la realidad superando siempre la ficción, realidad que reescribe el realismo mágico promovido por Gabo, por una dinámica de realismo cambiante, crudo y tierno, diverso y loco, ese es el realismo de las mariposas amarillas, de las gaitas, los tambores, las guaireñas, las mochilas, el bullerengue, el vallenato y todas las manifestaciones de un Caribe afirmativo que es colorido y poderoso.

Gracias Compartamos con Colombia por ese espacio poderoso de juntanza genuina, donde vibraron los úteros y los corazones colectivos, donde se tejieron sin miedo a nada las energías masculinas, femeninas y diversas, donde retornamos a creer que la humanidad puede y necesita coexistir desde la re-humanización que nos aleje de la desesperanza aprendida y la violencia normalizada.

La sostenibilidad es perder el miedo a consolidar los sueños en empresas, pero también en respetar los principios y en darle una base de ética y estética a nuestras empresas, de cuidar y proteger a nuestras organizaciones de la corrupción y del manoseo de sistemas tradicionales que buscaran instrumentalizar y sacar provecho de nuestras apuestas confiables y consolidadas.

La invitación a todos y todas quienes se atreven a crear empresas y a trascender de las causas sociales filantrópicas a empresas sociales de alto impacto y a vivir en coherencia entre generar garantías de derechos para las comunidades y permitirse en carne propia vivir con calidad de vida y felices haciendo lo que aman, no con pujaderas de padecimiento que no garantizan la salud mental, física o financiera, es a que siempre caminen en la visión de transparencia y ética genuina, que nunca le vendan su tesoro a cualquier postor, que siempre tengan claro que tener una idea es valioso pero encontrar con quienes hacerla realidad es realmente poderoso.

Seguimos tejiendo esperanzas para el Caribe, Colombia y el mundo desde nuestros territorios, porque el aleteo de una mariposa en el caribe puede estremecer al planeta en el efecto energético de las buenas cosas, que cada organización represente una esperanza.