¿En Colombia, de dónde deriva “traqueto” para referirse a un narcotraficante? Cristian Arturo González Mercado, B/quilla

‘Traque’ es el estallido de un cohete pirotécnico (o de mini petardos, como los ‘triquitraques’). A su vez, ‘traque’ es onomatopeya de /trac/. (Onomatopeya es una palabra que remeda el sonido de algo que luego adopta forma escrita y puede llegar al Diccionario: ‘frufrú, runrún’). Una versión dice que ‘traqueto’ viene de ‘traquetear’, que es “hacer ruido, estruendo o estrépito”, lo mismo que produce el traqueteo de una ametralladora. Otra sostiene que deriva del verbo inglés to track en su sentido de ‘rastrear´, en este caso el mercado o a potenciales clientes o rivales. Una más afirma que procede de otra palabra inglesa truck ‘camión con remolque’ o con el suficiente espacio para vivir en él e instalar cocinas toscas para procesar la droga.

¿En español, ‘reloj’ es la única palabra terminada en ‘J’? Remberto Estrada L., B/quilla

En español hay alrededor de 21 palabras terminadas es ‘J’, pero solo cuatro son de uso corriente: ‘reloj, carcaj, boj y sij’. ‘Carcaj’ es una especie de cilindro donde los arqueros portan sus flechas; ‘boj’ es un arbusto de jardinería mediano, de madera apreciada por artistas del grabado, y ‘sij’ es quien sigue las creencias del sijismo. Las 17 palabras restantes terminadas en ‘J’ han caído en desuso y son extravagantes. Algunas de ellas son risibles, están en el Diccionario y muy pocos las conocen; por ejemplo: ‘balaj, borraj, cambuj, chuj, maniblaj, pedicoj’.

¿Por qué dicen “la perjudicó” cuando una mujer es desvirgada? BVA, Sincé

En nuestra región, ‘perjudicar’ era desflorar a una mujer y después no acceder a casarse con ella. O casarse con una, pero devolverla al día siguiente porque no era virgen, como acontece en Crónica de una muerte anunciada, cuya acción transcurre en 1951, lo que significa que son mañas pretéritas, hoy casi desterradas. También puede ser una relación sexual sin violencia y consentida, después de la cual la mujer también resulta perjudicada, porque, al perder la virginidad, se le esfuma algo que encerraba algún valor. Por eso, la palabra ‘perjudicar´ antaño retrataba una afrenta para la honra de una mujer y, lo que era peor, para la de su familia. Ahora bien, un ‘legítimo perjudicador’ es el propio esposo, tal como lo plantea García Márquez en Cien años de soledad: “… pero de todos modos tenía derecho a esperar un poco más de consideración de parte de su esposo, puesto que bien o mal era su cónyuge de sacramento, su autor, su legítimo perjudicador…”.

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