A un poco más de un mes de las elecciones, los ciudadanos leemos cuidadosamente los programas de gobierno. En mi ejercicio personal hacia los candidatos a la Gobernación del Atlántico y a la Alcaldía de Barranquilla identifiqué tres temas, concatenados, que quiero proponer sean priorizados dentro de estos planes: la migración, el desarrollo social y la cultura. Sobre el primero me referiré en esta columna y sobre los próximos en las subsiguientes.
La migración nos ha acompañado en el transcurso de nuestra historia y es, hoy, una realidad en el Atlántico. Estamos entre los cinco departamentos que presentan una mayor congregación de población venezolana, cifra que ha ido en aumento, para un total de 214.106, en su mayoría con vocación de permanencia, de los cuales Barranquilla concentra al 70%, representando más del 10% de los habitantes de la ciudad.
Existe una necesidad preponderante de intervenir porque las acciones que tomemos van a determinar si será una crisis o una oportunidad de desarrollo. En el Atlántico el 62,1% de los migrantes se encuentran en condición de pobreza monetaria y el 24,4%, en pobreza extrema (DANE 2021). Lo cual implica que esta población necesita estrategias direccionadas específicamente a su integración, de lo contrario será muy difícil que ingresen al sector productivo y sumarán a los cordones de miseria, siendo susceptibles de incurrir en formas ilegales de subsistencia. La oportunidad está en que alrededor del 50% de los migrantes venezolanos en el Atlántico están en una edad de alta productividad laboral y, gracias al Permiso por Protección Temporal y a las estrategias de integración que esta faculta, están contribuyendo a la economía; por ejemplo: según el exdirector del DNP, en el 2020 el pago del IVA realizado por migrantes venezolanos fue superior a 380.000 millones de pesos. Además, hay gran disponibilidad de recursos internacionales para la migración, con los cuales se puede impactar, también, población vulnerable local.
En Barranquilla ya tenemos un terreno adelantado trabajando por la integración socioeconómica, cultural y urbana de la población. Los mayores avances los hemos logrado en la articulación y movilización de actores de la sociedad civil, cooperación internacional, sector público y privado, en la regularización migratoria, asistencia humanitaria, integración social (salud, educación, orientación jurídica y psicosocial, etc.), reducción de barreras para la integración productiva, posicionamiento y gestión de recursos a nivel internacional, y en el desarrollo de proyectos de innovación social.
Por ello es fundamental que se siga trabajando de la mano de los diferentes sectores desde la mesa migratoria; se aproveche el posicionamiento nacional e internacional para gestionar recursos; se escale su inserción en el mercado laboral a través de la plataforma público-privada, ya en funcionamiento, Barranquilla con Talante; se priorice la vivienda digna; y se le dé continuidad al Centro Intégrate y al proyecto PA´LANTE para el abordaje integral de las familias. Priorizar el tema migratorio en los planes de gobierno tendrá, sin duda, un impacto social y económico positivo y significativo.