Un buen número de aficionados del Junior expresó de forma jubilosa su gran satisfacción por la llegada de Matías Fernández a las filas del campeón colombiano. El recibimiento en el aeropuerto estuvo tan lleno de pasión que el propio Matías acabó declarando que los aficionados “habían superado sus expectativas”.
Se le vio sonriente y animado al futbolista chileno a su llegada a Barranquilla. Elegido mejor jugador de Sudamérica en el 2006, cuando se escriba su libro seguro que aparecerán unas páginas en las que se leerá que fue el jugador más prometedor del fútbol chileno, después se convirtió en un crack y en la recta final llenó su carrera de irregularidades perdiendo notabilidad. Y que acabó en el Junior de Barranquilla.
En su carrera, Matías Fernández ha tenido dos entrenadores de peso internacional importante como han sido Claudio Borghi y Marcelo Bielsa, ambos argentinos, el primero se nacionalizó chileno, pero los dos tuvieron el privilegio de trabajar con una generación de futbolistas de notable calidad, alcanzando muchos de ellos el sueño de jugar en Europa. Bielsa fue un devoto de Mati, como lo llaman. Lo defendió mucho y lo consideró una joya para el fútbol chileno. Pero la frase de Bielsa sobre Matías que tuvo más resonancia fue aquella que pronunció después que el jugador se lesionara a los 10 minutos de sustituir a un compañero en un Chile-Bolivia: “Siempre te pasa algo Matías”, le dijo el polémico técnico argentino hoy en el Leeds.
Sin embargo, fue Claudio Borghi quien dejó en las ondas y en las páginas de los diarios una declaración en la que definía el porqué Matías había dejado de crecer: “Desde que se convirtió en evangélico decidió quedarse con lo que había logrado. Pareció decir ‘hasta aquí no más. No quiero escalar más’”. Efectivamente, Matías Fernández pertenece al cristianismo evangélico como tantos otros jugadores chilenos, y puede que la religión haya influido en su timidez y en que rechace comparecer ante los medios de comunicación.
Pero está claro que Junior no ha elegido a Matías Fernández por su fe cristiana ni para que hable con la prensa, ni se muestre como un carnavalero más, sino para que despliegue sobre el terreno de juego la calidad celestial que aún lo avala como un futbolista de técnica, pase y gol. Lo quiere y ha puesto su fe en él para que ayude al equipo a conquistar más títulos. Simplemente.