En la toma de posesión de Luis Enrique como entrenador del FC Barcelona, el técnico asturiano, hoy seleccionador español, presentó en conferencia de prensa a su equipo de trabajo. “… Y Joaquín Valdés, psicólogo”, dijo. Hizo una pausa al ver la cara de los periodistas y añadió: “No os preocupéis, el psicólogo es solo para mí”. Las sonrisas aparecieron en la sala. Era la primera vez que el primer equipo del Barcelona vinculaba esa figura.
He recordado esta anécdota desde que William González me descubrió en una entrevista en estas páginas a Felipe Camacho, el psicólogo que ha traído el nuevo entrenador de Junior, Luis Fernando Suárez. Un psicólogo en el camerino de Junior es algo inédito e histórico. Jamás se había visto. Sin embargo, es un profesional cada vez más importante y necesario en el deporte. Luis Enrique dijo que era para él, pero con ello intentó zanjar algún pensamiento periodístico que lo llevara a imaginar que Messi o Neymar estaban para pasar por el diván. Pero, en realidad, el psicólogo resultó de mucha utilidad para él y para los jugadores.
Suárez es un entrenador moderno y no está cerrado a las innovaciones que ofrece el nuevo mundo. Un equipo que pretende ser grande tiene que dotarse de buenos preparadores físicos, fisioterapeutas, médicos y también de psicólogo. Los primeros que empezaron a aprovechar los beneficios de especialistas de esta profesión fueron los tenistas, pertenecientes a un deporte en el que posiblemente hay más presión mental.
En la entrevista en EL HERALDO, Camacho habla de su objetivo en Junior que no es otro que el de hacer mentalmente más fuerte a los jugadores. Suárez es consciente que hoy en día los futbolistas pasan por distintos estados de ánimo. Y que su actitud, motivación, autoestima y control de sus acciones, e incluso sus problemas personales pueden influir en su rendimiento en el terreno de juego. De lo que se trata es que el jugador se concentre solo en lo que tiene que hacer. Que salga al campo fortalecido. Optimizar su rendimiento.
El psicólogo tiene que saber estar. En el Barça, a Valdés lo veían como un técnico más. Y según cuentan lo observaban como un miembro del equipo que parecía no estar haciendo nada, pero en realidad estaba haciendo mucho. Por sus palabras, el psicólogo de Junior sabe que en este equipo campeón de Colombia, con jugadores jóvenes que tienen ofertas del exterior, hay mucho trabajo.