Por esa sucia zancadilla que se le propinó a Max Schmeling, descartándolo como retador al título mundial de James J. Braddock, la figura de Mike Jacobs estaba pisoteada por miles de aficionados que vieron cómo un púgil que derribó de su pedestal a Joe Louis era descartado para el puesto de retador oficial, designándose a Louis para ese cargo.
La única explicación no manifestada por Jacobs, pero sí por agentes suyos, era que la medida tan impopular había sido dictada por el temor de que Schmeling venciera a Braddock y se llevara el título para Alemania.
Así como la primera pelea entre Schmeling y Louis, el primero impuso la táctica que hemos descrito en una crónica anterior,
En el banco del ‘Bombardero de Detroit’ se le abrió camino a la tesis que indicaba que la mejor táctica contra Schmeling era la de un ataque violento desde el mismo primer asalto.
Hay que admitir que Schmeling se acabó con el nocaut en el primer asalto que le dio Joe Louis. Este en sus memorias señalaba ese caso el plan de atacarlo con el primer campanazo sorprendió al boxeador teutón, quien alcanzó a decirle a Louis “¿Qué pasa Joe? Vamos a pelear 15 asaltos y no lo parece”.
Louis no le contestó, pero siguió martillando el organismo del germano para derribarlo dos veces en el primer asalto. Schmeling se paró maltrecho, y trató de ‘clincharse’, pero aquel Joe Louis era un turbión de golpes que Schmeling no podía ni eludirlos ni bloquearlos.
Por otra parte, se dijo que Adolfo Hitler no gustaba de Schmeling desde el momento mismo que le dijeron que era anti nazi- y este había rechazado el carnet que se le había enviado como parte de este régimen.