El exalcalde y el gobernador del Atlántico, Rafael Gerlein, fue una personalidad un poco distante del grueso público, pero supo cumplir con su deber.

Él fue un hombre de los medios particulares y hasta exclusivos de los medios populares, pero en todo momento supo cumplir con las normas especiales del estado.

Cuando la sede de los quintos Juegos Centroamericanos y del Caribe parecían destinadas al fracaso por la pérdida de tiempo de los miembros originales del evento, varios ciudadanos que sabían de la existencia lo candidatearon para presidente del comité organizador del certamen olimpiquero.

Este de inmediato lo aceptó, a sabiendas que el tiempo corría contra de la organización misma de los Juegos, pero aceptó el mensaje a pesar de la premura del tiempo, que conspiraba contra la realización normal de las justas.

Además de lo anterior, había el ‘problemazo’ de los empleados del comité que todos a la vez querían que Barranquilla renunciase a los Juegos.

Don Rafael Gerlein les descubrió el doble juego que tenían y procedió a retirarlos de las posiciones que ostentaban, uno por uno. Por supuesto eso creaba una situación anormal, pero en todo caso los nuevos empleados procedían a cumplir con su deber.

Don Rafael Gerlein supo sortear las hostilidades y hasta supo recibir al presidente Ospina que venía a declarar abiertos los Juegos. Con Rafael se sabían superar los problemas y las justas avanzaban en su realización.

Los eventos de los Juegos seguían hacia su cumplimiento y el divisionismo de los exempleados pudo terminarse normalmente.