Tommy Farr se llama, o de pronto se llamó porque ya no está en el mundo de los vivos, un peso completo inglés. Se enfrentó a todos los heavy wheights de la época, allá por los años 40 del siglo anterior. Farr fue un perdedor consuetudinario, pues todos los pesos completos estadounidenses le ganaron sus combates, pero al menos todos ellos le dejaron una suma suficiente para comprar en Londres un apartamento para sus pequeños hijos, cosa que Farr, en sus años de boxeo en Londres, nunca pudo reunir para ese objetivo.

Farr le ganó en Londres a Max Baer, pero esta fue la única victoria que logró en su gira por los Estados Unidos.

En efecto, Farr perdió con Max y luego con el hermano de este; iguales fallos derrotistas tuvieron Farr con Lou Nova y otros pesos completos estadounidenses, pero Farr iba reuniendo su Plata para comprarle finalmente un apartamento a sus pequeños hijos

A Farr lo enfrentaron con Joe Louis, con la seguridad que este lo pondría en la lona. Vana ilusión de algunos, porque Farr ciertamente perdió otra pelea más, pero de ponerlo en la lona por toda la cuenta que eso no fue más que una vana ilusión

Louis le explicó a los periodistas porque no pudo noquear a Farr y es que este tenía una hábil manera de anular al contrario, que era adelantarse a lanzar sus golpes. Por supuesto, Farr se adelantaba a sus adversarios, y eran estos los que tenían que defenderse. No los que se adelantaban a golpear

Desde luego, un boxeador como Tommy Farr no es nada recomendable para los ojos de un promotor, pero el púgil inglés —como ya dijimos perdió todas sus peleas en los Estados Unidos— reunió su dinero para su objetivo que hemos señalado.

Hoy, hemos sabido que Farr era instructor de boxeo en Londres. Nos imaginábamos que Farr tenía un gran interés en obtener un compatriota que tuviera sus habilidades defensivas, pero esa aspiración suya no le fue posible.